Una jornada tranquila, sin incidentes graves y menos multitudinaria que en los últimos años es el balance de la noche de San Juan. Responsables de casetas y dueños de atracciones coincidieron ayer al señalar que el descenso de público en el recinto ferial había sido considerable con respecto al sábado, cuando "estuvo a reventar". "Ha estado bastante flojo", reconoció Raúl Gómez, de Granja El Cruce, a la que este año se ha unido Machaco Catering en la gestión de la caseta. "Hace seis o siete años que San Juan no coincidía después del fin de semana y al ir seguidos dos días gordos se ha notado bastante", explicó.

Manuel Moreno, de La Voltereta, se pronunció en el mismo sentido. "El viernes y el sábado hubo mucha gente, pero en San Juan hasta las tres y media o las cuatro, después del botellón, no había público en las casetas". Los caseteros confían en que las comidas durante la semana compensen el poco negocio registrado el festivo, aunque las previsiones no son igual en todos los establecimientos. Granja el Cruce tiene reservadas casi el 100% de las mesas, mientras que en La Voltereta "algunos días estamos completos, pero otros muy flojos. Ha bajado con respecto a otros años", aseguró su propietario.

También en las atracciones se hizo poca caja la noche del patrón. "Hay gente con aparatos de envergadura que no ha hecho más de 200 euros", dijo Julio Naranjo, de la asociación de feriantes, que confían en que las perspectivas mejoren con el Día del Niño, que se celebra mañana, y en la recta final de la feria.

El concejal de Festejos, Miguel Angel Rodríguez de la Calle, aún sin datos oficiales sobre la afluencia de público al ferial, reconoció que "no todas las noches pueden ser como la del sábado", pero se mostró satisfecho por el ambiente en general y, especialmente, porque no se hayan producido incidentes graves.

Si fue multitudinaria la asistencia a los fuegos artificiales. Miles de personas se congregaron en los puentes y alrededores para disfrutar del espectáculo pirotécnico que inauguró la noche de San Juan. Pero a diferencia de los últimos años, apenas se produjeron retenciones después para acceder hasta el recinto ferial. En el momento de máxima circulación, los vehículos tardaban unos 12 minutos en llegar a Caya, según estimaciones de la Policía Local, que también detectó un aumento del uso del transporte público, sobre todo, entre la gente más joven.

Cruz Roja, que desplazó hasta el ferial 15 voluntarios, dos unidades asistenciales y un vehículo de intervención rápida, atendió a 24 personas, entre ellas, dos menores de 15 y 17 años por ingesta masiva de alcohol, que fueron trasladados a centros hospitalarios. La policía local dio parte a sus tutores. El resto de asistencias se debieron a heridas por cortes con cristales y picaduras de insectos, más numerosas que en las noches anteriores. También se atendió a un conductor que fue agredido durante una discusión de tráfico en el acceso al ferial tras los fuegos. La policía local, además, intervino bolsos falsificados y tabaco ilegal.

Como es tradicional el día de San Juan, los gigantes y cabezudos recorrieron las calles del Casco Antiguo hasta el paseo de San Francisco. Al mediodía se celebró la misa en honor al patrón a la que asistieron el alcalde, Francisco Javier Fragoso, junto a miembros de la corporación municipal, así como autoridades militares y religiosas. Tras la eucaristía, la Banda Municipal de Música ofreció un concierto en la plaza de España.

Al cierre de esta edición, la jornada festiva continuaba tranquila en el Casco Antiguo y el ferial. La policía local solo tuvo que mediar por la tarde para evitar una pelea entre vendedores ambulantes en el entorno de la plaza de toros.