Algunos transeúntes se sorprendieron ayer al ver abierta la puerta del edificio del antiguo Gobierno Militar en la plaza López de Ayala, y comprobar que operarios de mudanzas sacaban muebles y los introducían en un camión de transporte con matrícula de Valencia. Este edificio está sin uso desde el 2000 y pendiente de que el Ministerio de Defensa llegue a un acuerdo con alguna institución para dotarlo de contenido.

La voz de alarma saltó rápidamente y ante la puerta de Capitanía se presentó el presidente de la Asociación Amigos de Badajoz, Antonio Manzano, junto al historiador Alvaro Meléndez, quienes denunciaron que se lleven enseres que, según ellos, forman parte del patrimonio de la ciudad "y que ahora hemos perdido, porque se lo han llevado", señaló Manzano, aun reconociendo que es legal el traslado, puesto que la propiedad es del ministerio.

UNA LAMPARA Meléndez y Manzano no pudieron ver todo lo que estaban sacando, tan sólo una lámpara, algunas sillas y un armario, procedentes del que fuese el despacho del general. Según Meléndez, este mobiliario debe datar de principios de los años 40, de la guerra civil; lleva tallados el águila imperial. "Es de una traza extraordinaria y el testimonio de una época, porque el último medio siglo de historia militar se resumía en este despacho", subrayó.

Obviando la polémica surgida, el Ministerio de Defensa se apresuró en emitir un comunicado para informar de que se había procedido a trasladar muebles del antiguo palacio, ahora sin uso, del que fuera el despacho del antiguo gobernador militar. El lugar de destino es el Centro de Historia y Cultura Militar de Valencia. Según explica el ministerio, esta decisión se ha adoptado con el único propósito de asegurar la conservación de este mobiliario, mientras se realizan negociaciones sobre el destino que finalmente tendrá el edificio de la que fuese Capitanía de Extremadura. Fuentes de Defensa han asegurado que en cuanto este inmueble tenga uso los muebles volverán a su origen.

Precisamente Amigos de Badajoz tiene programada una visita al palacio de Capitalía, tras la última realizada el año pasado y quizá entonces puedan comprobar qué es lo que se han llevado. Ante lo sucedido, un vecino que fue testigo del traslado, comentaba "a ver si va a pasar como a los papeles de Salamanca".