Cinco años de prisión solicita el fiscal para cada uno de los cuatro inculpados que desde ayer se sientan en el banquillo acusados de un delito contra la salud pública, en la sala de vistas de la Audiencia de Badajoz. Son tres hombres: R. M. S.; C. S. D.; y el guardia civil L. M. G. R, y una mujer: A. P. C., de entre 26 y 43 años. Todos fueron detenidos en la operación antidroga ´XX´ llevada a cabo por la Guardia Civil en la ciudad, en mayo del 2010. Y tres de ellos acusan al agente de pasarles información reservada.

El agente, que como los demás inculpados ingresaron en prisión por orden judicial, está acusado además de omisión del deber de percibir el delito y revelación de secretos, por lo que el fiscal pide para él penas de inhabilitación especial, que en caso de ser aceptadas supondrían la pérdida de su condición de guardia.

El juicio comenzó después de que el fiscal y los cuatro letrados de la defensa propusieran nuevas pruebas, nuevos testigos y uno de ellos, Alfredo Pereira --defensor de C. S. D.--, pidiera la nulidad del proceso por entender que una segunda autorización para intervenir las comunicaciones no fue debidamente motivada, causando indefensión.

A su entender, ese paso vició el resto de pruebas obtenidas tanto por la intervención de teléfonos, como por los registros domiciliarios derivados de la anterior. A esa petición se sumó Eugenio Barahona --defensor de A. P. C.--, pero no Rafael Bueno --de R. M. S.-- ni José Duarte --de L. M. G. R.--; tampoco el fiscal. El presidente suspendió la vista para estudiar dicha nulidad, tras lo cual anunció que la resolverá en la sentencia y procedió a la toma de declaración de los acusados.

El agente de la Guardia Civil aceptó ante las preguntas del fiscal que fue detenido en posesión de 10 gramos de cocaína, que pretendía vender la droga junto con los otros dos varones acusados. Durante su declaración se quejó de sufrir "coacciones" por parte de C. S. D., por lo que éste fue conminado por el magistrado.

Negó el guardia negó haber mantenido una relación sentimental con la mujer que se sentaba a su lado, a quien dijo haber conocido un mes o dos antes de la detención. El defensor de la mujer le leyó varias frases recogidas de las grabaciones telefónicas, que indicaban una relación que, más tarde, la mujer reconoció, aunque él manifestó a preguntas de su defensor que "no le he tocado ni un pelo".

L. M. G. R. declaró que, a pesar de que en un principio y siguiendo indicaciones de su abogado se mantuvo en silencio, posteriormente colaboró con las autoridades y expresó su arrepentimiento. También negó conocer que dicha colaboración pudiera ser compensada con posibles reducciones de penas.

DISTRAER DROGA Asimismo, cuando declaró el acusado C. S. D., éste negó tener relación con el delito de drogas que se le imputa y manifestó que conocía al guardia civil porque sabía que "pasaba información" policial, así como que, coincidiendo con sus compañeros, podía facilitar "munición", "papeles de licencias de armas" y "droga que se quedaba de operaciones en las que intervenía".

C. S. D. llegó a insinuar "¿por qué creen que la Guardia Civil no hallaba droga en los registros y operaciones que realizaba?". Y añadió que trató con él para conocer informes sobre su situación, pues estaba en busca y captura, según dijo en mayo del 2010 el instituto armado, por un supuesto delito de intento de homicidio.

También declaró que "toda esta información la di a gritos" ante la Guardia Civil cuando lo detuvieron y no le hicieron caso. Y que no se atrevió a hacerlo ante el juez instructor porque "no sabía si me cargarían más cosas".

El juicio se reanudará el próximo lunes con la declaración de testigos y peritos propuestos por el fiscal, y continuará "durante la mañana, la tarde y, como dijo el presidente, por la noche si hiciera falta", explicó José Duarte.