TSti la esquizofrenia es una dolencia que causa un desdoblamiento de la personalidad, de forma que el enfermo es él y ese otro ente ilusorio que cree ser, el PP padece tresquizofrenia. Es decir, la personalidad de este partido se ha fragmentado en tres. Lo vimos claramente en la manifestación de las víctimas de ETA del domingo pasado, un acontecimiento político que dejó en entredicho, una vez más, la salud mental -y democrática- del PP. Porque, con ocasión de esa manifestación contra la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, el PP se tresdobló en tres PP igualmente falsos cada uno de ellos. El primer PP espurio que manifiesta este grave caso de clínica política es el encarnado por el Gobierno. Ningún miembro del Gobierno asistió a dicha manifestación, siendo que ellos eran los mismos que utilizaron en numerosas ocasiones a las víctimas del terrorismo contra Zapatero, en ruidosas manifestaciones, con Rajoy a la cabeza y pese a que Zapatero fue el presidente que consiguió que ETA se rindiese.

El segundo PP enajenado fue el que, en nombre del partido, asistió a la manifestación por orden del Gobierno, representado por esa inefable trinidad compuesta por Javier Arenas, Esteban González Pons y Carlos Floriano. Naturalmente, estos tres mosqueteros de la hipocresía recibieron en sus personas las acusaciones de traidores que los asistentes dedicaron a sus jefes, Rajoy y Cospedal, ausentes de todas las ausencias, no solo de esa manifestación, sino de cualquier acontecimiento comprometido que tenga que ver con su partido, como, por ejemplo, los casos Gürtel o Bárcenas, de los que ellos tampoco saben ni quieran saber nada.

Y el tercer PP que vimos en esa manifestación, el más alucinante de todos, fue el representado por Ana Botella, que junto con Esperanza Aguirre e Ignacio González, recibió los aplausos y los parabienes de los manifestantes, a pesar de que el marido de la primera, don José María Aznar, negoció con ETA más que nadie, acercó a decenas de presos de ETA al País Vasco y llamó a ETA Movimiento Vasco de Liberación Nacional, entre otras lindezas. Y allí, en Colón, las tres facciones de esta rancia derecha española pusieron en evidencia estos tres PP distintos y falsos junto al solo dios verdadero de la cerrazón de un sector de españoles que solo acepta la ley cuando les favorece a ellos.