Ultraligeros de numerosos puntos de la Península Ibérica se concentraron ayer en la Base Aérea de Talavera la Real para celebrar la cuarta etapa de la Vuelta Ibérica en Ultraligero, organizada por la Asociación Española de Pilotos de Ultraligeros (Aepul). Las 45 aeronaves participantes llegaron a media mañana procedentes de Monte do Lago (Portugal) para repostar en la base militar y poder disfrutar del aterrizaje en una gran una pista militar. Esta era la primera vez que esta concentración, que celebra su decimosegunda edición, se realiza en Badajoz. Cada año se cambia la ruta con el fin de visitar toda la península a vista de pájaro.

El público invitado acudió para presenciar una exhibición en la que los pilotos hicieron alarde de su destreza en el aire y de la belleza de sus ultraligeros, aviones que pesan menos de 495 kilos y que pueden superar los 15.000 pies de altura, aunque según aseguraron la mayoría de los pilotos "lo más divertido y atractivo es volar bajo, viendo los paisajes sin perder detalle, en este caso, de Badajoz".

UN SIGLOD DE AVIACION La Aepul ha querido incluir a Badajoz, y concretamente a la Base Aérea de Talavera, en la ruta de este año, según su presidente, Yago Osset, "porque es el centenario de la aviación española, por ello no podíamos faltar a un encuentro con quienes promovieron la aviación en nuestro país en los primeros años de la aeronáutica", afirmó.

Los aviones iban llegando a la pista de aterrizaje pacense clasificados según la velocidad, los más veloces pertenecían al grupo "liebre", los más lentos al grupo "tortuga". Estos ultraligeros vuelven a las alturas el viernes para desplazarse a Almonte (Huelva), el siguiente punto de la ruta, después a Granada para finalizar la edición 2006 en Almería.

Los pilotos procedían de todos los puntos de España y Portugal. Según el presidente de Aepul, "en esta vuelta no hay competición, solo compañerismo, además de convivencia entre participantes portugueses y españoles". Por ello, este año la vuelta ha estado más enfocada a Portugal, "para equilibrar la balanza y alternar entre ambos países", afirmó.

Los más de 40 pilotos salieron el 29 de julio de Mogadouro (Portugal), pasando por Aveiro, Autoguía, Benavente y Monte do Lago hasta llegar a España, a la base de Talavera, donde además de hacer la exhibición de sus ultraligeros, invitaron a sobrevolar Badajoz a una treintena de asistentes. Entre los invitados se encontraban los concejales José Antonio Monago, Antonio Avila y Luis Alfonso Hernández Carrón, que también se animaron a echar un vistazo a la ciudad desde las alturas.

Una vez concluyó la exhibición, la base aérea, anfitriona del acto, mostró a los participantes la escuela de Caza y Ataque de F5. Por la tarde visitaron el casco antiguo pacense.

Este evento es considerado, según Yago Osset, una aventura enriquecedora para los aficionados a la aviación, ya que "ayuda a los pilotos a acumular experiencia, sin competir, compartiendo durante varios díasuna misma pasión: volar".