La Unidad de Emergencia Social de Cruz Roja atiende a un grupo estable de 15 personas sin hogar todas las semanas, más otra fracción de un número de vecinos "que es muy variable, suele subir y bajar con asiduidad". Lo confirma a este periódico Javier Ramos, director de Intervención Social de la oenegé, que recuerda que este colectivo empezó su labor "hace ya ocho o nueves años", que antes se ocupaba de la ayuda a prostitutas de la calle y personas sin casa y que ahora se centra en estos últimos.

El grupo de Unidad de Emergencia Social lo conforman un técnico y 20 voluntarios, "que son los que soportan realmente la actividad", prosigue Ramos. Todos los jueves se desplazan directamente a unos lugares de reunión preestablecidos y determinados, donde esperan las personas sin hogar. "Les llevamos un café, un caldo y algo de comer. En muchas ocasiones, es una excusa para que podamos tener un contacto fluido con ellos", recuerda. Señala, además, que el objetivo final es lograr "que puedan llevar una vida social normal, sin tener que dormir en la calle".

Para el director de Intervención Social de Cruz Roja de Badajoz, la sensación que tienen muchos de ellos es la de encontrarse "fuera de la sociedad", por lo que el contacto social que les brinda la oenegé resulta de gran importancia. "Los voluntarios pueden entablar confianza y ellos lo agradecen".

PERFIL Entre las personas que atiende el grupo de voluntarios, no existe un perfil concreto. "La realidad de este colectivo es muy heterogénea", manifiesta al respecto Javier Ramos, que especifica que, dentro del grupo, hay individuos que llevan "mucho tiempo" viviendo en la calle y otros desde no hace tanto. Con estos últimas, según cuenta, es más plausible lograr el propósito de reinserción social. También habitan en la calle personas con enfermedades psíquicas o que sufren algún tipo de dependencia, ya sea al alcohol o a las drogas, a las que también se intenta asistir con otros programas de la oenegé.

La situación, analiza Ramos, "se ha estabilizado en estos últimos tiempos" en cuanto al número de atendidos, aunque matiza que "se han vivido unos años bastante malos" con la crisis económica que comenzó hace ya más de siete años. "Hay personas que no habían contemplado nunca en la vida que se podían quedar en la calle", afirma. Algunas de estas situaciones vienen precedidas de una pérdida de un empleo. Otras de una separación matrimonial. "Hay ciudadanos que se divorcian y se encuentran en la calle, aunque esta suele ser una situación temporal. Acostumbran a reengancharse a una vida normal", dice.

Precisamente, Cruz Roja también pone en conocimiento de los afectados los mecanismos que pueden seguir para acceder a una vivienda. A un techo. Aunque también señala Ramos que muchos no quieren esta ayuda, que van a los puntos de encuentro, se toman su café, charlan y después se van.