TTtodas las ciudades tienen a ciertos vecinos que son referentes para el resto de los ciudadanos y para la propia urbe. Sin ellos, la ciudad sólo sería una masa anodina domesticada y confinada en esos habitáculos que llamamos pisos, como productos de comercio en sus estanterías. Son vecinos cuyo valor reside no en que destacan en sus respectivos campos, sino en que con sus vidas dan la pauta de que todavía es posible ser libre para uno y valioso para los demás.

Lolo Unión Guisado es uno de estos hombres. Destaca en lo suyo porque es un primera clase y acaba de dejar ahí, en lo alto, para muchos años, la mejor marca de la historia en pentatlón del deporte veterano español. Con sus 65 años ha conseguido superar de manera notable las mejores marcas conseguidas hasta ahora por los deportistas de entre 35 y 70 años. Pero, siendo esto importante, incluidas sus siete medallas de oro en el reciente campeonato de España, lo verdaderamente meritorio de Lolo es su vida, el conjunto de su vida, su trayectoria de humanidad y entrega a los demás, su itinerario de humildad y alejamiento de los oropeles, su conciencia de quién es él y quiénes son los otros y la sabiduría de haber llegado a la conclusión de que la vida es sólo --nada menos-- un ejercicio de libertad y una ocasión de darse.

Conozco a Lolo Unión desde hace más años de los que me acuerdo, que ya es decir, y siempre le he visto --ojalá a él le haya pasado lo mismo conmigo-- igual, exacto a sí mismo, coherente con su renuncia de lo accesorio, involucrado en lo importante y entregado a lo esencial. Ha rechazado cargos, prebendas, honores y ofrecimientos no para mantenerse fiel a sí mismo, sino por no dejar de serle fiel a los demás en la entrega de su yo genuino. Yo, que sólo aspiro a ser reconocible al final de mi vida por los que me conocieron de niño, reconozco en Lolo Unión a uno de esos hombres que hace lo que hace por estas dos premisas básicas --la libertad y la generosidad--, a una de esas personas que, por conocerlas, ya merece la pena vivir.

La ciudad de Badajoz tiene la fortuna de contar con Lolo Unión entre sus ciudadanos. Su presencia en nuestras calles es garantía de autenticidad, de bonhomía y de benignidad. ¡Qué suerte haber coincidido contigo en la vida, amigo!