A diferencia de lo que ha ocurrido en otros centros hospitalarios de la región y con especial incidencia en los de Badajoz, la tercera ola de la crisis sanitaria se ha traducido en una menor presión en el Hospital Materno Infantil, donde los ingresos de niños por urgencias se han reducido drásticamente respecto a los inviernos anteriores a la pandemia, porque hay menos infecciones por virus estacionales.

El Materno Infantil funciona como referencia en muchas áreas de la Pediatría, en urgencias, consultas externas y hospitalización. Cuando en marzo del 2020 se inició la crisis sanitaria, acababa de concluir una de las «malas» épocas estacionales de la pediatría, donde, según el jefe del Servicio de Pediatría, Enrique Galán, cada vez se producen menos ingresos debido al buen funcionamiento de la Atención Primaria. La presión hospitalaria en el Materno Infantil aumentaba sobre todo desde finales de noviembre hasta finales de febrero o principios marzo, habitualmente, tanto en urgencias como en hospitalización. De tal forma, que en los meses de diciembre, enero y febrero prácticamente se triplicaba. La parte pediátrica «pura», sin contar cirugía infantil, es un 40 o 50% y cuando llegaba finales de noviembre la hospitalización sobre todo de niños lactantes (menores de dos años) llegaba a un 120% y había que ocupar plantas que no se utilizan habitualmente. Esto era debido especialmente a la presencia de una serie de virus respiratorios (el más frecuente es el VSR) responsables de la bronquiolitis en lactantes. Sobre todo los niños pequeños precisaban ingreso. En los últimos años, los hospitales pediátricos de todo el país, en la parte de lactantes, se «colapsaban» estos tres meses. Ya en marzo y abril del 2020, cuando empezó la pandemia, el número de urgencias pediátricas en el Materno Infantil de Badajoz se redujo drásticamente, a la tercera parte, según cuenta el jefe del servicio.

Este hospital, como los demás, se tuvo que adaptar a una forma de trabajar diferente por las normas de prevención y protección. Se preparó en la unidad de lactantes, en la planta séptima, una zona de posibles niños contagiados o con covid, las consultas externas para que no se juntasen demasiados pacientes y se adecuó un acceso para los niños crónicos. Además, se diseñó Urgencias diferenciando zonas para que no se mezclaran los pacientes. Así, se elaboró un plan de contingencia que diseñó el servicio de Pediatría de acuerdo con la dirección médica y enfermería del centro. «Pero no hemos tenido que usarlo realmente», reconoce Galán.

En el Materno cuentan con test rápidos de antígenos. Como la media de urgencias eran 80-90 niños diarios entre diciembre y febrero, pensaron que tendrían que utilizar muchos dada la incidencia de enfermedades respiratorias estos meses y de niños pequeños con fiebre sin motivo aparente. Pero en urgencias de Pediatría, si en enero del año pasado hubo 3.000 pacientes, el mismo mes del 2021 han bajado a 790. Casi la cuarta parte (26%) y lo mismo está ocurriendo en febrero. Si la atención en urgencias se ha reducido, también en hospitalización. Galán apunta que un día de diciembre o enero podrían llegar a ver 50 o 60 niños con bronquiolitis y ahora no llegan a la decena. «No hay bronquiolitis este año», remarca.

La presión de urgencias se entiende como los pacientes que tienen que ingresar, no los que acuden a Urgencias. En los últimos años era entre un 20 y 27% y ahora es de un 17%. Eso quiere decir que no solo acuden menos niños sino que pocos llegan a hospitalizarse.

Si se comparan los meses de invierno, de 80 a 90 urgencias diarias en enero han pasado a 25 de media y en febrero «aún menos». Los test de antígenos son muchos menos de los que calculaban, porque acuden menos niños.

Sobre los motivos, Enrique Galán señala que influyen las medidas sanitarias: el confinamiento, las familias salen menos de casa, hay menos contactos y, «sobre todo y más importante» el uso de mascarillas. Según Galán, la mascarilla es «probablemente lo que nos está protegiendo» y los niños están dando buen ejemplo de su uso. De hecho, este invierno tampoco hay gripe en adultos. Ha ocurrido «por fortuna», pues si a la incidencia estacional de la bronquiolitis se hubiesen sumado contagios por covid «hubiera sido para volverse locos». Galán ya vaticina que, cuando se controle el covid, volverán los virus estacionales. Salvo que se siga usando la mascarilla.

POCOS CASOS

POCOS CASOSUn niño de 8 años ingresó en la UCI tras haber superado el coronavirus

No se están produciendo casos graves de contagios por covid en niños. Pero ocurren, aunque excepcionalmente. Le ha sucedido a un niño de 8 años que ha ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Materno Infantil de Badajoz recientemente. Sufrió un síndrome inflamatorio multisistémico que tenía relación con haberse contagiado de coronavirus semanas antes. Después de estar ya dado de alta empezó con síntomas que parecían un cuadro grave de apendicitis. Quienes lo atendieron hicieron un diagnóstico correcto y evolucionó bien.

Es realmente una excepción porque la incidencia del coronavirus en el Materno Infantil ha sido muy baja. Solo ha habido ingresados una decena de niños desde el inicio de la pandemia y, la mayor parte, eran pacientes que estaban hospitalizados por otros motivos, por cirugías, y al realizarles la PCR se detectó que eran positivos. Con síntomas por covid solo han ingresado 4 niños: un lactante con fiebre alta y buen estado general, un niño con hepatitis y otros dos con algún problema respiratorio. Todos leves. Han estado ingresados varios días y se les ha dado el alta sin ninguna complicación. «Realmente la infección por coronavirus en los niños es mucho más banal, la pasan muchos asintomáticos y además teóricamente contagian menos que los adultos» y así lo han comprobado en muchas familias, según cuenta el jefe del Servicio de Pediatría, Enrique Galán.