La sustancia pegajosa que sueltan algunos árboles enfermos de mangria sobre las aceras desaparecerá en breve si como parece funciona el nuevo sistema de control de plagas que está probando la Concejalía de Medio Ambiente. Este sistema utiliza un insecto que se suelta en los árboles para que acabe con los pulgones y las cochinillas.

Los operarios de Parques y Jardines soltaron ayer cientos de estos insectos en las catalpas de la avenida Saavedra Palmeiro y en los naranjos de la avenida Santa Marina, las dos especies de árboles afectadas por la plaga.

Son dos insectos del mismo tipo cuyo nombre científico es aphidius colemani (para el pulgón) y anagyrus pseudococci (para la cochinilla) y aunque por su aspecto parecen pequeñas hormigas aladas se trata de una avispa parásita. La hembra de este insecto deposita sus huevos dentro del pulgón y la larva lo destruye.

Se transportan en pequeñas cajitas, con un algodón impregnado de azúcar en su interior para que sobrevivan 24 horas, con unos cien ejemplares cada una, que se han colgado de los árboles abiertas para que los insectos puedan salir e instalarse en toda la arboleda.

De esta forma, se evita usar plaguicidas o pesticidas "que tienen repercusión en el medio ambiente", según el concejal del área, Antonio Avila, quien aseguró que estos "depredadores" son inocuos para las personas. "Este bichito se reproducirá y se extenderá por la ciudad, pero también tendrá su depredador, como las aves insectívoras", explicó. Además, se hará un seguimiento durante todo el verano.

OTRO CASO Este sistema de control de plagas se utiliza después de muchos años en la capital pacense, donde ya hace años, según recordó el concejal, se introdujo la gambusia, un pez muy voraz, para que se comiera los huevos que ponían en las charcas los mosquitos y acabar con estos.

Estos insectos, que se llevarán a todos los naranjos y catalpas afectados por las plagas, son importados de Inglaterra y se utilizan en la zona de Levante. El coste de éstos así como del control y el seguimiento por parte de la empresa supera los 2.000 euros.

Para la que no se ha encontrado ningún remedio hasta el momento es para la enfermedad de los olmos, debido a la plaga de grafiosis que afecta a esta especie en toda Europa. Avila reconoció ayer que la población de olmos de Badajoz se ha visto reducida en los últimos años ya que están siendo talados de forma progresiva porque "todos están afectados" a causa del pequeño coleóptero, denominado vulgarmente barrenillo del olmo.

La repoblación se irá efectuando a medida que haya disponibilidad presupuestaria. Según dijo, el jefe del Servicio de Parques y Jardines, Francisco Ramírez, está buscando las especies más adecuadas para la ciudad.

Para éste uno de los árboles más idóneo es el almez, celtis australis , de los que hay muchos en Sinforiano Madroñero, "porque tiene una copa muy tupida que da sombra y combate la contaminación, no tiene enfermedades ni plagas y su crecimiento es rápido", explicó.