Todo quedó en un accidente y un buen susto, pero pudo haber sido una tragedia. El maquinista de un tren con 10 vagones cisternas cargados de amoniaco detectó una fuga en la válvula del primer vagón, antes de salir de la estación de Badajoz, por lo que avisó a Renfe, propietaria del convoy, y a la empresa Adif , que alertaron al 112 poniéndose en marcha el protocolo para alarmas por vertido de mercancías peligrosas.

El 112 dio aviso a los bomberos de Badajoz a las 9.05 horas de ayer, al tiempo que se movilizaba a la policía local, a la nacional y a Protección Civil, que acordonó la zona por seguridad desde donde se hallaba el tren, que se llevó a una vía muerta, la 5, al oeste de la estación, hasta las inmediaciones de la terminal de pasajeros, que limitó el acceso pero se mantuvo en servicio. También se cortó el tráfico por el puente del Gurugú y la pasarela peatonal que cruza las vías, hasta que quedó resuelto el problema, hacia las 10.58 horas.

Los bomberos pusieron en marcha su dispositivo para intervenir en casos de escapes de mercancías peligrosas con los trajes de protección química y equipos autónomos, pero no hubo que desalojar viviendas ni lamentar daños personales. Fue así gracias a que la fuga se controló en 35 minutos, una vez realizadas las labores de preparación en la zona, primero, y varias comprobaciones después, por un espacio de tiempo de dos horas en total.

El maquinista revisó el convoy, como es preceptivo antes de salir y a la llegada al destino, para iniciar el viaje hasta Puertollano cuando detectó la fuga. El tren procedía de Portugal y paró en Badajoz para adaptarse al ancho de vía, según Adif y Renfe. Ambas compañías manifestaron que cumplieron el protocolo de accidentes con mercancías peligrosas. La primera en cuanto a la estación y la segunda en cuanto al tren. Ninguna de las dos facilitó el número de accidentes ocurridos con mercancías peligrosas en Badajoz y su provincia.

CINCO ACCIDENTES EN 2 AÑOS Este diario tiene recogidos al menos cinco accidentes desde el 2014. Hubo un escape de amoniaco que paralizó 4 horas la estación de trenes de Mérida, en enero del 2014; el descarrilamiento de un tren cargado con amoniaco en la línea Huelva-Zafra, en febrero de ese mismo año; una fuga en Mérida, en un tren de mercancías con destino a Badajoz, en junio del 14; otro escape en la estación pacense en diciembre de ese año, y ésta, que también se ha resuelto, como las anteriores, sin que haya habido daños en la población, aparte de fuertes olores y algún caso de picores de ojos.

En caso de haber sido mayor la fuga, o de que hubiera colapsado la cisterna, el peligro sería realmente grave, según fuentes de expertos consultadas por este diario, pues cada vagón transportaba de 36 a 44 toneladas de gas, la población se habría visto gravemente afectada en toda la margen derecha del río de forma casi inmediata.

Adif manifestó ayer que la estación tiene su plan de emergencia y que funcionó, si bien no precisó las condiciones del mismo, ni sus características pues según fuentes consultadas, desde el último accidente de fuga en Mérida, estos trenes no han vuelto a parar en su estación, pero lo hacen aquí porque tiene que adecuarse al ancho de día de Portugal. Tampoco la Delegación del Gobierno respondió sobre este asunto.

El equipo contra incendios estableció dos líneas de actuación por seguridad, en caso de tener que evacuar la primera, y utilizaron una manguera de agua en polvo para que dos bomberos pudieran reparar la válvula, parcialmente congelada por la presión del gas, lo que a su vez impidió que la fuga fuese de mayores proporciones. Una vez reparada se hicieron pruebas y se detectó que se mantenía un pequeño escape, por lo que fue necesario un segundo ajuste, que a su vez se comprobó durante 20 minutos que estaba bien cerrado.