Cada descampado del Casco Antiguo acaba en estercolero o refugio de delincuentes, según los vecinos, esta vez, de la calle Concepción, que denuncian cómo el hueco dejado por un edificio junto a lo que fue el convento de Las Trinitarias sirve para albergar desperdicios, escombros y animales de todo tipo con las calores. Los vecinos se quejan del abandono y la dejadez de esta zona y de la inseguridad en que viven por los continuos robos que sufren.