Los vecinos del número 7 de la calle Rivillas, edificio que resultó dañado en la riada de 1997, manifiestan que "no hemos mentido en nada" sobre el proceso seguido con la Junta de Extremadura para su arreglo, y añaden que "no es cierto que nos ofrecieran ayuda pública ni de ningún tipo", respondiendo así al comunicado de la Junta publicado ayer, con el que ésta contestaba a su vez a las manifestaciones de los vecinos.

José Luis Guisado, portavoz de la comunidad, dijo ayer que "la única correspondencia que hemos recibido de la Junta fue la carta de la Dirección General de la Vivienda pidiendo un escrito de disponibilidad del edificio autorizando a acometer las citadas obras", según consta en dicha carta, fechada el 28 de abril del 2004 y a la que respondieron el 14 de mayo. Asimismo, han facilitado copias de la misma y de la remitida a la confederación del Guadiana informando del caso.

El portavoz de las familias manifestó que esa carta de la dirección general "prueba que tenían el compromiso de arreglar las grietas y los desperfectos". Además, alerta del riesgo para los inquilinos, pero también para los escolares del colegio Juventud, colindante, y para cualquier transeúnte, en caso de que haya algún derrumbe.