Los vecinos de la calle Serrano, en San Roque, están cansados de convivir con ratas, malos olores y el trasiego de toxicómanos que se refugian en las casas abandonadas que hay en esta zona. Por ello, exigen al ayuntamiento que tome cartas en el asunto y obligue a los propietarios a que tapien o derriben estas viviendas o que actúe de forma subsidiaria para dar una solución definitiva a este problema de insalubridad e inseguridad.

Dolores Salazar es una de las vecinas más afectadas, pues su propiedad linda con una de las casas que se encuentra en peores condiciones. Está ubicada en el número 74. Los techos están vencidos, ha sido desvalijada por completo y en su interior se acumulan la basura y los pastos secos. "Aquí entra y sale gente de día y de noche, las ratas entran en mi casa y el olor es inaguantable", se quejó esta mujer, que vive con su nieto de 10 meses. "Tengo miedo de que algún día haya un incendio, nos pille durmiendo y no nos dé tiempo a salir", aseguró ayer.

Según contó, ha enviado escritos al ayuntamiento y ha hablado en varias ocasiones con los propietarios del inmueble, pero se trata de muchos herederos, algunos incluso ya fallecidos, que no se hacen cargo de la casa. "Llevamos así seis o siete años y esto cada vez va a peor", lamentó.

José Manuel Sánchez y Rosi Díaz viven enfrente de esta vivienda. Tienen dos hijos jóvenes y, aunque hasta la fecha no han tenido problemas con las personas que frecuentan estos inmuebles, les incomoda que tengan que vivir a pocos metros de donde se consume droga. También temen que cualquier día se produzca un incendio y se vean afectadas sus casas y vehículos, que la mayoría de los vecinos tienen que aparcar en la calle.

La policía ha acudido cuando avisan de la presencia de toxicómanos en busca de chatarra o de un lugar para consumir, "pero los echan y con las mismas vuelven otra vez", apuntó Dolores Salazar.

De esta vivienda se han ido llevando las puertas, las ventanas, los cables, los sanitarios de los cuartos de baño hasta quedarla completamente desvalijada. Lo mismo ha ocurrido con otro inmueble situado a pocos metros, en el número 84, que aunque conserva la puerta, ha sido forzada y vaciada de cualquier material que se pudiera vender. Entre las dos propiedades hay otro solar vallado, del que también ha desaparecido la puerta y en cuyo interior se acumula la basura, y otra casa deshabitada, pero ésta sí con las ventanas y puertas tapiadas.

"Llevamos soportando esta situación desde hace años y es una pena. Antes al menos estaban las puertas y las rejas en las ventanas, pero ahora se mete todo el que quiere y nos da miedo", comentó Francisca Figueredo, quien se quejó de que tiene que tener su casa cerrada a cal y canto para evitar el olor que desprende una de estas casas, sobre todo cuando llega el calor. "Este verano nos van a comer las ratas", advirtió Francisca Morales, otra de las afectadas.

En el número 17 de la calle Serrano se encuentra otra de las viviendas abandonadas. Junto a ella vive María del Carmen Fermosell. "Se meten ahí y roban todo lo que pueden y hasta he tenido que llamar a Aqualia porque rompieron las tuberías y se anegó todo", explicó esta vecina.

"Quiero que la tapien, porque el olor es horroroso y hay muchas ratas", se quejó. La casa esté en pésimas condiciones y justo al lado están los contenedores de basura, por lo que los vecinos temen que si no se pone freno al asalto que sufren cualquier día se producirá un derrumbe y habrá que lamentar consecuencias más graves.