Los vecinos de las 25 Casas Coloradas de la plaza Alta de Badajoz muestran su angustia por los problemas de insalubridad que padecen, ya que la parte trasera de sus viviendas da a una calle donde existen numerosas casas abandonadas y en ruina con gran cantidad de basura, suciedad y ratas.José Manuel Paz, uno de los afectados, declara a la agencia Europa Press que exigen una solución ante la gravedad del problema. Según relata, los vecinos se ven sometidos a olores insoportables, tránsito continuo de ratas, humo de hogueras y a insectos. Para este inquilino, todo se debe a la "la suciedad acumulada en la zona", donde pueden verse desde excrementos de personas y animales hasta colchones, botellas, cartones y restos de hogueras.Según parece, las casas abandonadas se encuentran sin sellar y son utilizadas por personas sin hogar y toxicómanos. "Esta es una zona muy transitada por vagabundos que duermen aquí y hacen sus necesidades", indica José Manuel Paz, quien se queja que, en los cinco meses que lleva viviendo en el casco antiguo, "el servicio de limpieza nunca había limpiado estas calles" y, por ello, recalca que si han aparecido por el barrio es "porque el problema apareció publicado en la prensa". En cualquier caso, este vecinos plantea posibles soluciones para paliar las incomodidades que sufre el vecindario como "tapiar todas las casas y controlar la zona" y añade que "es lamentable" que no se ponga más empeño en revitalizar "la parte más histórica y bonita de Badajoz". En el mismo sentido, la portavoz de los vecinos, Soraya Macarro, subraya que "las Casas Coloradas están en el maravilloso entorno de la plaza Alta, aunque las calles traseras no son tan maravillosas" y por eso lo denuncian, porque pretenden "que todo tenga tanto esplendor como la plaza". Cansados de esta situación, algunos vecinos han interpuesto la denuncia correspondiente pero aseguran que "no ha servido de nada", por lo que han decidido reunirse y denunciar el asunto ante los medios de comunicación. Asimismo, los inquilinos de las viviendas afectadas han decidido dar un tiempo prudencial y si no "tomarán las medidas que estén en sus manos", concluye José Manuel.