He tenido que cerrar después de meterme en el proyecto embarazada de ocho meses; soy artesana y me pareció una buena idea porque me encanta el Casco Antiguo, pero en cinco meses no da no tiempo, porque no tenemos ni la licencia de apertura», manifestó Raquel Rodríguez, quien abrió una tienda en la calle Meléndez Valdés con el programa Soledad Bohemia, que puso en marcha el ayuntamiento para recuperar el comercio en el Casco Antiguo y apoyar a nuevos emprendedores.

Afirmó Rodríguez que «el local tiene encanto, pero no puedo hacer las obra que necesita para obtener la licencia de apertura, a pesar de que el dueño del local se ha portado muy bien». La emprendedora cerró el 30 de abril y seguirá haciendo ropa en su casa. «Después de mucho trabajo y mucho tiempo, la inversión no me ha servido. Ahora empieza a llegarme parte del material», dijo.

Además de este testimonio, otra comerciante que prefirió no dar su nombre, dijo que ella puede seguir aunque en un local distinto del que tuvo al acceder al programa, con Arigato, de ropa, cosmética y decoración. Y afirmó que a ella la llamaron «para ver lo que necesitaba para la licencia de apertura», señaló.

Ambas intervinieron en una rueda de prensa de la Asociación de Vecinos del Casco Antiguo, cuyo presidente, Javier Fuentes, acompañado por Julián Monge y Clara Báez, trasmitió el malestar que les expresaron los participantes del programa, que calificó «de rotundo fracaso, lo que lamentamos, pues estaba dirigido a recuperar el comercio en el Casco Antiguo, pero ha cerrado la mitad de los locales».

Indicó Fuentes que pese a las buenas intenciones iniciales del proyecto, iniciado en diciembre de 2018, ha faltado «un desarrollo en aspectos como las actividades paralelas de dinamización anunciadas, que no se han realizado»; o que las licencias provisionales de apertura no se han convertido en definitivas. Y consideró responsables tanto a la Junta, «que pone dinero público», como al ayuntamiento, «pues tienen una responsabilidad in vigilando y si la adjudicataria de la gestión no ha hecho su trabajo, el ayuntamiento debe estar encima para que el proyecto salga».

Así, dijo, que de 11 locales, 5 cierran o no les renuevan el alquiler, y nombraron Norelan, Cositas bellas, La casita de Beatriz Roma, Lanabanana y dos que se trasladan, Cloe y Unidad hippie.

Fuentes señaló que ·hay locales que no recibirán la licencia de apertura», que en vez de 5 meses, el programa «debería ser de 18, tiempo suficiente para ver si funciona», y que en vez de invertir 60.000, «sean 300.000».

La asociación, añadió, quiere ser partícipe de todo lo que se haga en el barrio; también en el impulso del pequeño comercio «pues hasta ahora no han contado con nosotros». Para ello, dijo, «el ayuntamiento debe promover el uso de infinidad de locales abandonados para un comercio innovador, sostenible, con aportaciones vanguardistas y también para la creación artística y promoción de la cultura». Y añadió que «El Casco Antiguo quiere ser el barrio del comercio y de las artes, con artistas trabajando y exponiendo en los locales».

DEFENSA DE LA CONCEJALA / Por su parte, la concejala de Comercio, Blanca Subirán, defendió el programa «por su condición de piloto, innovador y con un potencial brutal, cuyo objetivo es revitalizar el comercio del Casco Antiguo y ayudar a nuevos emprendedores», aunque «hay ciertas cuestiones difíciles de articular, pero se ha dado cinco meses de alquile gratuito, tiempo en el que han podido testar sus producto, su negocio y ver si les interesa; es una oportunidad para cualquier que quiera empezar», afirmó.

Subirán señaló que de once comercios, tres continúan en el mismo sitio, dos cambian de local pero siguen en el Caco Antiguo, uno se va a otro barrio, y otro vuelve a Santo Domingo. Me molesta que hablen de fracaso».

Sobre las licencias de apertura, dijo que los servicios municipales les van visitando y hacen sus informes con los requerimientos legales que el proceso administrativo requiere para subsanar deficiencias, trámites que en ocasiones llevan meses». Subirán añadió que el alcalde no puede prometer la licencias pero sí facilitar los trámites.

La concejala puso en valor el cambio detectado «en la calle San Juan, donde solo había ocio nocturno y hoy hay tiendas y comercios». Y agradeció la aportación de la Junta.