Los vecinos del edificio número 9 de la calle San Juan, que linda con uno de los dos (el número 11) que a principios de verano sufrió desprendimientos, temen por su seguridad y se sienten impotentes porque después de seis meses no se han acometido obras en el inmueble anexo que garanticen la seguridad de sus viviendas. Los afectados no solo aseguran que han aparecido nuevas grietas en sus casas en este tiempo sino que sienten que las paredes "tiemblan".

Ante esta situación, desde la sección de Vigilancia e Inspección Urbanística del ayuntamiento se giró una visita el pasado 12 de noviembre para comprobar el estado de la pared medianera y de la parte del edificio que da acceso a la calle Montesinos. En la visita se comprobó que existían algunas fisuras en el muro compartido entre San Juan 9 y 11, y en el acceso por Montesinos, y se ordenó al dueño del inmueble número 11 que procediera al apuntalamiento "inmediato", corrección que según los afectados aún no se ha hecho. Así como tampoco ha realizado los estudios estructurales de la edificación para determinar los movimientos del edificio que algunos vecinos dicen haber notado.

Desde el ayuntamiento se limitaron a aclarar ayer que los inquilinos del número 9 "están seguros" y que el apuntalamiento interior está pendiente de que el propietario del edificio en ruinas presente un reformado del proyecto "para que estén aún más seguros".