Las reiteradas quejas de los vecinos de la urbanización de La Granadilla por el uso que desde hace un tiempo se venía realizando de uno de los locales comerciales construidos por la Junta de Extremadura junto a las viviendas para realojar a los afectados por la riada han dado finalmente sus frutos. A finales de la semana pasada, la Consejería de Fomento ordenó tapiar con cemento la puerta del local, que según denunciaron los vecinos, se utilizaba para "vender y consumir drogas".

No es la primera vez que Fomento actúa en este sentido, ya que en otras ocasiones ha tenido que reparar las puertas, cuyas cerraduras se habían forzado para ocupar ilegalmente este local situado en la calle Alcalá de Henares, entre una tienda de ultramarinos y un bar. Los vecinos confían en que esta medida solucione el problema, ya que se quejan de la inseguridad y molestias que causaba la presencia diaria de personas que acudían hasta la zona, sobre todo durante la noche, para comprar y consumir drogas. Además, en las cercanías se pueden ver aún restos de grandes fogatas, alrededor a las que se celebran de forma habitual botellones .

SIN USO "Ahí ha habido de todo", comentaba un vecino, que recordaba que la situación se había agravado en los últimos años. Según explicaron, la Consejería de Fomento, propietaria del local, lo adjudicó a una asociación que finalmente no llegó a hacer uso del mismo, a pesar de que ya se había equipado con diferente mobiliario. "Entonces un grupo de jóvenes se metieron en el local, reventando las cerraduras, y han hecho lo que les ha dado la gana", apuntó una vecina, que aseguró que en cuanto comenzaron los problemas se dio traslado de la situación a la Junta y se denunció ante la policía local y nacional. "Pero no se daba solución", afirmó.

Hace tres meses técnicos de Fomento se personaron en la urbanización y comprobaron que se estaba ocupando de manera ilegal, por lo que se dio la orden de que se tapiase la entrada para evitar que esta situación se repita de nuevo.