Miembros de la junta directiva de la Asociación de Vecinos de las Casas Aisladas de La Granadilla, el barrio que surgió con motivo del realojo de afectados por la riada de 1997 en esa zona, dando continuidad a José María Alcaraz y Alenda, han solicitado a la Junta de Extremadura que habilite un local de su propiedad, en el número 2 de la calle Alcalá de Henares, para utilizarlo como sede vecinal y centro social, pues hasta ahora se reúnen y realizan sus tareas «en plena calle, si no llueve», explicaron Francisco José Guzmán Méndez, vicepresidente de la asociación; Diego Álvaro, Luis Martínez y Adrián González, de la directiva.

«Las gestiones, el pago de cuotas de los vecinos, entrevistas para tratar cualquier problema tenemos que hacerlo en un rincón del parque o de la calle Segovia», explicó Guzmán.

«La asociación nació hace unos dos años, antes no la había, y nos pusimos a trabajar, pero no tenemos dónde reunirnos, ni dónde hablar, o recibir a la gente, o celebrar otros actos, por eso pedimos a la Junta que nos cediera ese espacio que permanece cerrado», afirmaron. Se trata de un local de uno de los bloques de servicios y comercios «que estaba destinado cuando se creó el barrio a la asociación de vecinos, pero no la había y la permanecido cerrado; no la ha habido hasta que la hemos creado nosotros y nos hemos puesto a trabajar».

La asociación se dirigió a la Junta. «Hablamos con el Servicio de Gestión Patrimonial y nos respondieron el 12 de julio pasado que era propiedad de la Consejería de Educación; escribimos a Educación y no han respondido», afirmaron Álvaro, Guzmán y Martínez, mostrando los distintos escritos remitidos y recibidos.

La Junta, preguntada al efecto, no pudo precisar si el local es de su propiedad y si es así, de qué departamento. Educación indicó que no era suyo; y Presidencia quedó en averiguar «a qué área pertenece», indicaron, sin que al cierre de esta edición se conociera el resultado.

Los miembros de la asociación insistieron también en la necesidad de tener un espacio como centro social, que podría ser la propia sede vecinal, «porque el 60% de los vecinos --viven 200 familias en el barrio-- son mayores, o tienen algún tipo de discapacidad, o van en sillas de ruedas, y queremos que al menos tengan un sitio donde verse, tomar un café, jugar al dominó y charlar».

PASO ELEVADO / Los vecinos también piden al ayuntamiento que «haga el paso elevado, una banda reductora de velocidad a la entrada de la barriada, que se aprobó hace unos dos años y no han hecho porque dicen que no hay dinero; ahora se necesitan dos, pero al menos que hagan el que ya está previsto», indicaron.

«Lo que necesitamos es eso, además de la poda de árboles pues la última fue hace dos años, y que los huecos de los árboles que cortan se tapen con cemento porque se cubren de tierra y hay personas que se han caído», dijeron. «Por lo demás, el barrio está limpio y es muy tranquilo», expresaron. El ayuntamiento, preguntado al efecto, no respondió al requerimiento de este diario.