Temen que con la llegada del verano y las altas temperaturas vuelvan a repetirse los incendios de pastos que se suceden «día sí y día también» en el entorno de la barriada de Llera. Por eso, la asociación de vecinos reclama al Ayuntamiento de Badajoz que cree cortafuegos en el perímetro del barrio, que impidan que las llamas lleguen a las viviendas, como ya ha ocurrido en más de una ocasión, o a la gasolinera y la empresa de distribución de butanos que hay en la carretera de Olivenza, en la rotonda de entrada al barrio.

«Ahí tenemos una bomba de relojería», advirtió Jesús Luengo, presidente de la asociación, quien lamentó que los vecinos tengan que estar en vilo cada vez que se declara un incendio en el entorno. Han sido muchas las veces en las que el fuego se ha quedado a pocos metros de la estación de servicio, para lo incluso los bomberos municipales han tenido que recibir apoyo del Plan Infoex debido al riesgo que existía y la imposibilidad de controlar los distintos frentes.

Las casas de la parte alta de la barriada también se han visto afectadas por las llamas más de una vez. El fuego ha llegado a dañar algunas fachadas y hace unos años incluso entró en los patios de varias viviendas. Además, se ha quedado a las puertas de las pistas de fútbol, la última vez, el verano pasado.

«Pedimos que metan unas máquinas y que hagan cortafuegos, a 200 o 500 metros de las casas, que den seguridad a los vecinos y protejan sus propiedades», reclamó el responsable vecinal.

Asimismo, Luengo exigió que se tomen medidas para que las parcelas estén limpios de maleza y basura antes del verano. «Queremos que el ayuntamiento acondicione sus solares y que obligue a los particulares a que hagan lo mismo con los suyos», reclamó.

INCENDIOS GRAVES/ Los vecinos todavía recuerdan uno de los incendios más graves del pasado verano. Se inició en las inmediaciones del centro Reto y afectó a una zona de caza limitada. Los bomberos tuvieron que emplearse a fondo durante más de seis horas para atajar el fuego, que a punto estuvo de llegar a una de las viviendas de Llera y se quedó muy cerca también de chalets de Las Vaguadas. Ardieron varios cientos de hectáreas de pastos y arboleda.

Entre estos dos barrios también se suceden cada año fuegos, que se agravan debido a la cantidad de basura y desechos que se acumulan en el vertedero ilegal que hay en la zona. La limpieza y control del vertido indiscriminado de ripios es otra de las demandas que desde hace años realizan tanto los vecinos de Llera como los de Las Vaguadas, conscientes del riesgo que suponen y de las dificultades que implica esta situación a la hora de extinguir los incendios.

Luengo señaló que remitirán un escrito al ayuntamiento para que se tomen medidas para este verano, aunque reconoció que ya se ha hecho en años anteriores y que sus demandas no han tenido la respuesta que esperaban por parte de los responsables municipales.

REVENTONES/ Otro de los problemas con los que conviven los vecinos de la barriada de Llera son los reventones en la red de agua. Según Luengo, solo en el último mes se han producido hasta cinco, con cortes en el suministro de agua y molestias para acometer su reparación. Una de las calles más afectadas es Cocotero, aunque también se han producido roturas en otras vías. Según explicó el presidente vecinal, el ayuntamiento es consciente de esta problemática, pero «de momento nos han dicho que no se puede hacer nada, porque hay otras zonas que están peor y son prioritarias». Así que, los vecinos, por ahora, deberán resignarse a que se reparen puntualmente las averías y esperar que a sustitución de la red se acometa «en un proyecto a largo plazo».

El presidente vecinal también recordó que desde hace una década están pendientes de contar con un local que se pueda destinar a los mayores de la barriada, ahora sin ningún espacio específico donde poder reunirse. «Hace diez años que nos quitaron el local que teníamos cedido en la calle Maruja Mayo y desde entonces estamos solicitando que se nos devuelva, pero se ha ido destinando a otros usos y seguimos sin sitio para nuestros mayores», lamentó Luengo.

Según dijo, el ayuntamiento no les ha ofrecido «ninguna otra opción» y la única respuesta que han recibido a su demanda es que «vayamos al centro de mayores de María Auxiliadora». A los vecinos esta alternativa no les satisface, pues consideran que está muy alejado de la barriada y «ni siquiera hay un autobús urbano que llegue hasta allí», argumentan.

Los locales de Maruja Mayo están cedidos a Cruz Roja. Uno de ellos funciona como guardería y al otro se ha trasladado recientemente el centro de día de la onegé, que ha reubicado allí a los usuarios que antes se atendían en las instalaciones de las calles Benegas y Museo, donde no disponían de espacio suficiente.