Tenemos muchos deberes, pero el Estado de derecho no nos llega a nosotros", manifestó Teresa Rúa a este diario, como resumen de la situación en la que viven los vecinos del bloque de viviendas número 10 de la calle Olof Palme, en la barriada pacense de Suerte de Saavedra. Son 18 familias las que viven en el edificio, propiedad de la Consejería de Fomento de la Junta de Extremadura; algunas tienen hijos pequeños y se obligadas a vivir en unas condiciones que ellas califican de insalubres.

Uno de los problemas graves que tienen es que en un lateral del bloque, en la calle Víctor Jara, hay una alcantarilla que arroja aguas fecales al exterior, lo que afecta a todos los vecinos de la zona, mas sobre todo a los que tienen sus pisos orientados a esa vía y reciben malos olores y posibles infecciones en las terrazas lavadero y las cocinas.

Hay uno de los pisos en que el agua sucia rezuma por el lavabo y la ducha, que ha arreglado el propio afectado como ha podido, explicó Teresa Rúa, la jefa de escaleras e inquilina del segundo C, junto con otras vecinas más afectadas, como Fátima Antonio, del bajo A, y Sonia Sonia Gómez, del primero C.

"Es inhumano vivir así, porque todas las aguas fecales vierten ahí", afirmaron los inquilinos reunidos señalando la boca de la alcantarilla, entre ellos Juan Manuel Vargas, que accedió a una vivienda en el edificio tras vivir un tiempo en un coche y ahora intenta resolver los problemas con sus vecinos.

Todos ellos se quejan de que han denunciado la situación en que viven en numerosas ocasiones, sin que la Junta haya dado solución a ninguno de los problemas.

TELEFONILLO, PUERTA, LUCES Teresa Rúa, como jefa de escalera, la llegado a recoger las firmas de los vecinos para presentarlas con su tercer escrito ante Fomento, pidiendo que resuelvan las deficiencias del inmueble, que afecta a la convivencia y a la calidad de vida de sus ocupantes.

"Hace mes y medio vinieron no sabemos quiénes ni de parte de quién e hicieron unas fotos y se marcharon, pero no han vuelto", explicó Juan Manuel Vargas, quien se queja de que "de suciedad y de falta de higiene, hay aquí para dar y tomar, todo la que quieras y algo más".

La jefa de escaleras ha presentado al menos tres escritos pidiendo a la Junta que atienda sus necesidades, pues además de las aguas fecales, tienen otros problemas, como carecer de puerta del portal del edificio, la falta de telefonillo, de luz comunal y de la escalera.

A ello hay que añadir las averías de agua que desde el 2010 tienen que arreglar los propios vecinos. La última vez ocurrió hace unos 20 días, "porque se nos inunda el sótano garaje y el hueco del ascensor, y se pudren las puertas", explicaron.

"Todo eso lo sabe la Junta, se lo hemos comunicado, incluso las trabajadoras sociales lo han comunicado también, pero nadie hace nada", se quejaban. La situación es conocida por Fomento desde octubre del 2010, aseguran. Hubo otros casos en el 2011 y en el 2012, que arregló un vecino del cuarto.

DEUDA POR ARREGLO Teresa Rúa explicó que "algunos vecinos tenían deudas de comunidad y la Junta nos pidió que las perdonáramos para iniciar una comunidad con los nuevos inquilinos que llegan a vivir a viviendas desocupadas por desahucios, pero cinco les dijimos que cuando arreglaran los problemas del edificio, perdonaríamos la deuda; y hasta hoy, no han vuelto a venir, ni por supuesto han arreglado nada. Tenemos muchos deberes y pocos derechos".

Los vecinos expresaron su preocupación porque "sin puerta, sin telefonillo, sin luz, se puede acceder al patio, entra gente a fumar lo que no deben y en una ocasión, incluso, guardaron armamento en el cuarto de la limpieza".