Solo estamos para pagar impuestos, pero para recibir servicios no contamos». La queja se repite entre los vecinos de Tres Arroyos, donde de manera permanente residen más de 200 familias y otras 500 lo hacen los fines de semana y durante los periodos de vacaciones.

Hasta la fecha, según aseguran, lo único que han conseguido del Ayuntamiento de Badajoz es que le coloquen siete contenedores de basura en uno de los accesos a la urbanización y que el punto limpio móvil acuda dos sábados al mes, mientras que el resto de servicios corren por cuenta de los propietarios. Son ellos quienes costean el arreglo y limpieza de las calles, la instalación y suministro de las farolas que las alumbran, el desbroce de las cunetas o cualquier otra actuación que requiera la zona mediante derramas.

No están conectados a la red de agua potable y se abastecen de pozos, que en la mayoría de los casos no son aptos para consumo humano «Eso es una prioridad para nosotros», reclama Inés Monge, vecina y vocal de la comunidad de propietarios. Asegura que han tratado en numerosas ocasiones que el ayuntamiento atienda esta reivindicación, pero no lo han conseguido. En su día, tuvieron esperanzas de que la conducción desde el anillo central para llevar el agua a la pedanía de Alvarado se hiciese por la carretera de la Corte de Peleas y también pudieran conectarse, pero finalmente se realizó desde Talavera la Real y se quedaron fuera. «El agua está a cuatro kilómetros», argumentan, pues es la distancia que hay con las barriadas de Suerte de Saavedra o el barrio de San Miguel, y los propietarios están dispuestos a asumir el coste que les corresponda para poder tener agua potable en sus grifos.

No es el único servicio básico que echan en falta en Tres Arroyos. Tampoco cuentan con autobús urbano, pues hace más de dos años, por el peligro que suponía dejar y recoger viajeros en la carretera, se suprimió. «Hemos planteado varias alternativas al ayuntamiento para habilitar varias paradas corriendo nosotros con los gastos, pero hasta ahora no hemos tenido ninguna respuesta», lamenta Inés Monge.

También están aislados desde el punto de vista de las telecomunicaciones, pues en la zona no hay cobertura y no se les permiten instalar una antena de telefonía móvil. Según los vecinos, hay dos compañías dispuestas a dar el servicio, «pero como no nos dan permiso para ninguna construcción, ni siquiera una torreta, pues estamos incomunicados», se quejan los afectados.

Los vecinos de Tres Arroyos denuncian que han sufrido una subida «abusiva» del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI). Aunque la respuesta que obtienen cuando han reclamado es que este impuesto se paga por las propiedades que poseen y no por los servicios que reciben, aseguran que no entienden que «seamos urbanos para unos cosas y para otras no», según critica Mari Carmen Banda, que en tres años ha visto como su recibo pasaba de 70 a 1.000 euros. «Nos cobran hasta por un gallinero, nos tienen asfixiados», lamenta.

Lo mismo opinan Carlos Correa y José Márquez. El primero tiene segunda en residencia en Tres Arroyos desde el 98. «No pagábamos ni cien euros de IBI y ahora 995. Aquí te cobran por todo, pero dar servicios, nada», se queja, mientras que el segundo, que vive en la urbanización desde hace casi tres décadas de manera permanente, denuncia el «abandono» que sufren por parte del ayuntamiento. «No hacen caso de nada y de lo único que no se cansan es de subir los impuestos. Esto es un atraco», denuncia.

«No tenemos derecho a nada», añade Antonio Fernández, quien reprocha que los políticos solo se acuerden de Tres Arroyos «cuando hay que pedir votos».