Pastos secos, basura, juegos infantiles oxidados, baldosas rotas, restos de rastrojos quemados, ratas y otros bichos. Ese es el desolador panorama del parque del Padre Eugenio, conocido como de La Viña, más de un año después de que se anunciase su remodelación con cargo a los fondos de la Estrategia de Desarrollo Urbano e Integrado (Edusi). Por eso, los vecinos urgen al Ayuntamiento de Badajoz que acometa las obras previstas cuanto antes y deje de ser el parque «de la vergüenza», como lo bautiza el presidente de la Asociación de Vecinos del Gurugú, Ricardo Cabezas.

El parque de La Viña, con 7.500 metros cuadrados y que conecta las barriadas del Gugurú, la Uva y El progreso, se inauguró en el año 2006 tras una inversión de 600.000 euros. Siempre ha sido objeto de innumerables actos vandálicos y, aunque se destinaron miles de euros en reparar los destrozos y volverlo a poner a punto, hace casi una década que está sumido en el «más absoluto abandono». En junio del año pasado, después de que un menor sufriese una descarga eléctrica en el transformador que hay en el parque, el ayuntamiento anunció que se volvería a poner a punto, pues su remodelación se había incluido en el paquete de proyectos de la Edusi en la margen derecha del Guadiana. «Pero ha pasado más de un año y allí no se ha hecho nada», lamentó Cabezas.

El Ayuntamiento de Badajoz, por su parte, explicó que el proyecto de reforma de este espacio ya se encuentra en fase de contratación, una vez que la actuación ha sido validada por el Ministerio de Hacienda. Como ya ha ocurrido con otros proyectos presentados para recibir el obligatorio visto bueno del Gobierno central, colapsado ante el volumen de actuaciones que tiene que validar en el conjunto del país, está haciendo que se demoren más de lo previsto.

Los vecinos de los barrios al norte de las vías del tren quieren recuperar este espacio, donde ahora «no va nadie, porque ¿quién va ir tal como está?», dicen. Pero también reclaman que, una vez que se remodele, cuente con vigilancia para tratar de evitar que se repita la historia.

El presidente de la Asociación de Vecinos del Gurugú señala que vigilantes de Parques y Jardines y una mayor presencia policial en la zona, disuadirían a los vándalos y también a quienes utilizan este parque para consumir droga, pues es zona de paso hacia Los Colorines. De hecho, el pequeño almacén donde se guardaban herramientas, que desde hace años está sin puerta, se ha convertido en cobijo habitual de toxicómanos, en el que se acumulan todo tipo de desechos y en el que se han originado incendios en más de una ocasión.