Los vecinos de Santa Engracia (la Uva) quieren que el antiguo colegio se transforme en un centro cívico que dé cabida a los colectivos del barrio, así como a los de las barriadas del El Gurugú y El Progreso. El colegio se cerró hace ya varios años y ahora las instalaciones solo la utiliza el Centro de Educación de Adultos para impartir clases a algunos grupos de alumnos. En el barrio consideran que el edificio cuenta con espacio suficiente para que esta actividad se mantenga al mismo tiempo que se acondiciona una parte para uso social.

La asociación vecinal solo dispone en estos momentos de un local con una única sala, un despacho y un pequeño almacén, puesto que la otra habitación que utilizaban se cedió para que la usasen los mayores hace más de 8 años. "Era de forma provisional, por un año, hasta que se encontrase otro local para ellos, pero no la hemos vuelto a recuperar", expuso Paqui Yáñez, presidenta de la asociación de vecinos.

El colectivo considera que la conversión en centro cívico del antiguo colegio no supondría una inversión económica elevada, pues solo se tendrían que llevar a cabo algunas reformas para acondicionar las instalaciones para su uso social. "En el recinto están las antiguas casas de los maestros, a las que también se podría dar uso, y hay unas pistas para hacer deporte", recordó Yáñez.

La asociación de vecinos cree que el centro cívico permitiría ampliar la oferta de actividades de ocio para todos los sectores de la población. "Se revitalizaría la zona y también el movimiento vecinal", defendió su presidenta.

ACTUACIONES PENDIENTES En la Uva no solo tienen esta reivindicación. El vecindario lleva años esperando que se sellen las canteras, donde se acumulan los ripios, la basura y se cobijan todo tipo de alimañas. "Cuando se produce algún incendio salen huyendo y los bichos terminan entrando en las casas", denuncian los afectados. Por eso piden que esa zona se convierta en un paseo, con bancos y vegetación, sobre todo ahora que se ha anunciado la rehabilitación del Fuerte de San Cristóbal.

"El tema de las canteras sigue sin resolverse por falta de voluntad, porque la solución no cuesta tanto dinero", criticó Yañez, quien recordó que esta es la primera imagen que ven quienes llegan en tren a la ciudad. "No es tanta la inversión y el beneficio sería para el barrio, pero también para la ciudad en general", apostilló.

Este no es el único lugar donde se refugian los bichos. El vecindario exige que se limpie la barriada de pastos y las zonas de jardín, porque la maleza está ocasionando que en algunas viviendas entren ratas, como ya ha ocurrido en la calle Guadalquivir.