Los vecinos del barrio del Gurugú y en concreto los del nuevo edificio del grupo Sepes, que alberga 86 de las últimas viviendas sociales que construyó la Junta mediante un convenio con el Sepes, han manifestado sus quejas y malestar por la acumulación de residuos en la zona, tanto en el exterior como en el patio central, donde algunos vecinos arrojan bolsas de basura.

El presidente de la asociación vecinal del Gurugú, Ricardo Cabezas, ha manifestado que las familias que viven en esas viviendas desde diciembre del año pasado, están en unas malas condiciones, tanto por falta de higiene, como por la mala convivencia, debido a la falta de intervención por parte de los servicios sociales.

Así, tanto los residentes del grupo como vecinos de los alrededores han reclamado urbanidad a sus vecinos y más atención del servicio de Limpieza, ante los problemas de salubridad que supone vivir entre basura. Esas quejas han llegado a la asociación, que será la que se dirija tanto a la Junta, como al ayuntamiento, para pedir que resuelvan estos problemas.

Cabezas dice que faltan contenedores y papeleras, en general de toda la zona, lo que ha hecho que el patio central del edificio, ovalado. "esté convertido en un estercolero" y sea actualmente impracticable.

COCHERAS VACIAS

El citado patio alberga las cocheras de los vecinos, "pero nadie mete los coches en ellas porque puede entrar todo el mundo, han hecho mal el acceso y se puede acceder desde todos los sitios menos por la puerta", manifestó el portavoz vecinal.

La asociación ha comenzado a hacer una encuesta entre los vecinos para conocer las deficiencias que presentan sus casas, los desperfectos detectados en cuanto a la edificación para hacérselo saber a la Junta, con el fin de que los arregle. Y más adelante, según Cabezas, pedirán una reunión al ayuntamiento, con la concejala de Servicios Sociales, para abordar el problema de la convivencia entre los vecinos.

En opinión del presidente de la asociación del Gurugú, "este realojo se ha hecho esta vez de un modo salvaje, sin la menor intervención de los servicios sociales, de forma que hay muchas familias que están verdaderamente amargadas".