Arboles arrancados de raíz y otros partidos por el tronco, ramas caídas sobre coches aparcados, trozos de cornisas, vallas publicitarias dobladas, marquesinas de los autobuses desprendidas, muros derruidos y hasta dos torres de electricidad derribadas. Así amaneció ayer Badajoz tras los fuertes vientos que afectaron a la ciudad y que se notaron especialmente hacia las once de la noche, cuando el fuerte aire se acompañó de un virulento granizo. El servicio municipal de bomberos atendió entre las once de la noche y las 7.30 horas veinte salidas.

El daño más impactante fue la torreta eléctrica del estadio Viejo Vivero que se cayó sobre el seto de una vivienda cercana, sin que hubiera que lamentar más daños que los materiales. José Luis y María Jesús estaban en el salón de su casa, en el número 2 de Castillo de Hornachos cuando sintieron el viento en todas direcciones. "Era como un gran remolino, un espectáculo dantesco", contaba José Luis. El agua llegaba a las ventanas, a pesar de la protección del porche. De pronto oyeron un estruendo. Fue el vecino, Juan de Dios, el que vio que había caído la torreta del estadio. El fuerte viento la dobló, con la fortuna de que no cayó el dirección recta, porque habría llegado a la casa de enfrente. Los trabajadores del servicio municipal de alumbrado estaban ayer revisando la torreta y se sorprendían de que se hubiera doblado; es de hierro galvanizado y está sujeta al suelo con una base de hormigón de 8 metros de profundidad.

MURO CAIDO También en el Viejo Vivero el temporal derribó 40 metros de muro. En el fuerte de San Cristóbal tiró otro poste de electricidad y una valla de publicidad. En el campus universitario se llevó árboles, alguno de grandes dimensiones y marquesinas. Arrastró paneles de un cerramiento en Miguel Pérez Carrascosa, árboles en el parque de San Fernando, plaza de la Paz, Coímbra, Carolina Coronado, Dehesilla de Calamón, Rey Mudafa, aparcamiento del Infanta Cristina, pinos en la Alcazaba, chapas en Díaz Ambrona y uralitas en la calle Bilbao.

El centro de medición ubicado en el campos universitario registró vientos de 94,7 kilómetros por hora a las 22.30 horas, aunque este observatorio no es oficial porque el equipo medidor no está homologado, puntualizó ayer el director del Centro Meteorológico, Adolfo Marroquín. El observatorio de Talavera registró rachas de 72,4 kilómetros a las 22.40 horas. Marroquín no disponía de datos suficientes para analizar el fenómeno ocurrido la noche antes en Badajoz, pero no descartaba que se tratase de un tornado, según los testimonios. Los tornados están asociados a tormentas, duran poco y recorren distancias cortas.