La llegada de las vacaciones escolares y la necesidad de programar actividades para los más jóvenes de la casa hasta que los padres cogen las suyas llenan la geografía de multitud de campamentos, la mayoría relacionados con el deporte y la naturaleza. Sin embargo, hay otros, como el que desde el lunes disfrutan una treintena de niños en el I Campus Taurino de la Diputación Provincial de Badajoz, en el que los balones, las canastas o los bañadores no son los protagonistas, que dejan paso a muletas y capotes y el escenario no son polideportivos o piscinas, sino una plaza de toros.

En el campus participan 26 niños y 6 niñas de entre 8 y 14 años, que durante una semana se familiarizarán con el mundo del toreo, gracias al Patronato de Turismo y Tauromaquia y que ha sido muy bien acogido por familias de la provincia.

El coordinador de Tauromaquia de la diputación, Pedro Ledesma, explicó que entre los chavales hay niños con familias de tradición taurina, con abuelos que han sido ganaderos o padres grandes aficionados, pero también otros atraídos desde muy pequeños por el mundo de los toros. Los niños, procedentes de Hornachos, Calzadilla de los Barros, Badajoz, Valdivia y Portugal, conocen las distintas suertes del toreo, la preparación física que se precisa, el toreo de salón o los útiles y trajes de los diestros. Para algunos de los participantes, hasta la fecha, su única experiencia había sido «torear con gallinas» y les llama la atención el peso del capote o los carretones utilizados para los entrenamientos.

Aunque el 80% del curso está relacionado con la iniciación a la tauromaquia, el programa incluye actividades de deporte de aventura, rocódromo o acuáticas fuera de la plaza de toros, entre otras. Este sábado, los participantes tendrán además un encuentro con el torero Ginés Marín.

Junto a los participantes y profesores hay alumnos de la Escuela Taurina, en la que en sus 20 años de historia se han formado más de 450 chicos.