El ganador del Premio Nadal 2016, Víctor del Arbol, visitó ayer la Feria del Libro de Badajoz para presentar la novela que le ha hecho merecedor del galardón decano de la literatura española. La víspera de casi todo es el título que da nombre a una historia de personas "que buscan reconciliarse consigo mismas", según resumió el propio autor.

Un pueblo de la Costa de la Muerte gallega es el escenario en el que confluyen personas con diferentes vidas, procedentes de distintos lugares, pero con un denominador común, que tienen que decidir en apenas unas horas --desde que anochece hasta el amanecer-- qué es más importante: el pasado o el futuro. "Uno espera que con la luz del día las cosas se verán más claras y no es así, no podemos estar escondiéndonos de lo que nos atormenta, en algún momento hay que plantar cara a nuestros fantasmas porque si no, nos acaban devorando", reflexionó el escritor.

Sobre el Premio Nadal, reconoció que hasta que le concedieron este galardón era más conocido fuera que dentro de España y que con este reconocimiento se ve cumplida la "ilusión" de alguien que desde niño quería ser escritor. "El Premio Nadal es abrir la puerta de la historia. Todos los grandes escritores de la literatura contemporánea española han pasado por el Nadal, con lo cual para mí es un orgullo y una responsabilidad", aseguró.

Francia es uno de los países que Víctor del Arbol ha conquistado con sus novelas. "En contra de los que creemos, a los franceses les interesa mucho todo lo que viene de España... Yo creo que incluso se piensan que Picasso es un pintor francés", dijo el autor, al tiempo que consideró que en sus libros han encontrado "una voz narrativa más mediterránea, más visceral, no tan académica, y eso les ha sorprendido mucho y les recuerda mucho a Vázquez Montalbán", dijo.

Asegura que no le molesta que cataloguen sus novelas como thriller o de género negro, aunque no comparte esta definición. "Lo único que busco es encontrar una voz narrativa propia, que el lector se identifique con ella. Entiendo que se clasifiquen como novela negra por los premios que me han dado fuera y luego porque el punto de partida de mis personajes siempre es un trauma, alguna muerte, el dolor, una cierta oscuridad, pero no me interesa mucho lo anecdótico, me interesan los personajes y, sobre todo, las causas de su dolor".

A pesar de haber sido mosso d'esquadra durante 20 años, Víctor del Arbol tampoco ha escrito nunca novela policiaca. Ya tiene entre manos su próximo libro y es que, según confiesa, "necesito ponerme delante del papel cada día". En su nueva novela hablará del amor y de la tercera edad, un colectivo que, a su juicio, no ha sido muy tratado en la literatura española. "Me interesa mucho eso que llamamos la última vida. Cuando uno da por supuesto que ya no queda más que sentarnos a hacer la fotosíntesis como una planta y no es cierto, mientras hay corazón, hay vida", dijo el autor.