Cuando crees que es imposible que llegue más lejos, se supera a si mismo y se coloca en el extremo de la ideología ultraderechista de libro que representa y proclama. Al concejal de Vox en el Ayuntamiento de Badajoz, Alejandro Vélez, cuyo curriculum como candidato de siglas de pensamiento xenófobo es vox populi, no le tiembla el pulso cuando, sin encomendarse a nadie -o tal vez sí, pues asesores bien pagados no le faltan-, suelta por ese perfil lo que le viene en gana para humillar y desacreditar a colectivos que su partido ha etiquetado como amenaza a su estatus.

El último desmán del concejal de Vox ha tenido que ver con los obstáculos que por motivos de seguridad se colocaron durante la Cabalgata de los Reyes Magos, como se viene haciendo cada vez que se organiza una actividad multitudinaria, para evitar atropellos masivos, tras el ocurrido en Las Ramblas de Barcelona en el 2017. En un alarde de ignorancia y crueldad gratuita, Vélez ha vuelto a arremeter contra los emigrantes y, en concreto, contra el islamismo, así, sin anestesia, contra todos los musulmanes y contra todos los que abandonan sus países buscando una vida mejor a costa de perder la única que tienen, acusándolos directamente de obligar a tomar medidas de seguridad excepcionales.

Hay quien piensa, con razón, que es mejor no contestar semejantes declaraciones para no dar pábulo ni protagonismo al autor de estas fechorías ni a las siglas que representa. Pero también hay quien cree que el que calla otorga y en ocasiones son de tal magnitud las falacias que se propagan y que las redes sociales se encargan de expandir, con la ayuda de palmeros, que es necesario combatirlas con el poder de la verdad. Es lo que ha hecho el imán de Badajoz, Adel Najjar, que debe estar cansado de tener que contestar a un político que va por libre, aunque no deja de ser miembro consentido y reconocido del equipo de gobierno municipal, que representa por tanto a toda la ciudad, en la que la comunidad musulmana ha logrado dosis de convivencia contrastada. Tal ha sido el malestar que ha provocado en esta última ocasión, que cuando ha respondido a Vélez, el imán ha llegado a pedir explicaciones al alcalde, el popular Francisco Javier Fragoso, que ha optado por restar grados a las sucesivas polémicas encendidas por su compañero de gobierno. En esta ocasión Fragoso ha querido dejar claro que no comparte sus declaraciones, pero al mismo tiempo lo ha exculpado diciendo que son fruto de un malentendido al utilizar el término equivocado: islamismo en lugar de yihadismo. Vélez no se ha amilanado, al contrario, ha vuelto a salir al paso para aclarar que dijo lo que dijo como lo dijo porque quiso decirlo así. Por su parte, el heredero de la alcaldía, Ignacio Gragera, no ha sido tan condescendiente y se ha limitado a señalar que no comparte las palabras de Vélez, sin aspavientos.

El concejal de Vox no se lo está poniendo fácil a sus socios de gobierno cuando realiza este tipo de declaraciones, que solo incitan a la crispación. No se entiende qué busca Vélez cuando vomita manifestaciones en contra de los musulmanes, cuyos miembros son tan pacenses como los vecinos del concejal, que seguramente no pueden vivir tranquilos con este bendito miembro en su comunidad. Con sus palabras, Vélez solo provoca malestar entre aquellos que se ven obligados a salir al paso de insultos para defender su adaptación a un medio en ocasiones hostil, como ahora está ocurriendo, desde que este concejal ha llegado al Ayuntamiento de Badajoz. La mecha no se ha apaciguado todavía y no será la última que Vélez prenda.