Se inscribieron 3.500, a los que se sumaron otro millar de pacenses espontáneos que sacaron ayer sus bicicleta y recorrieron el camino que discurre entre los dos centros de Carrefour que existen en la ciudad. El buen tiempo animó a los aficionados a participar en el XX Día de la Bicicleta que organiza la Fundación Municipal de Deportes, con el patrocinio de Carrefour, y que tras 19 años ya es una tradición en Badajoz. Familias enteras sobre ruedas, ciclistas de todos los tamaños, algunos de ellos tan pequeños que iban acompañando a sus padres en el sillín posterior de la bicicleta.

Tal es el éxito de esta convocatoria que el ayuntamiento ya se plantea repetir esta cita otra vez al año, aunque por ahora es sólo una idea sin concretar, según señaló el concejal de Deportes, Miguel Angel Rodríguez de la Calle, quien comentó que lo van a intentar "porque hay mucha afición". El concejal recordó que todos los años se supera la participación en esta convocatoria, que no es una prueba deportiva, sino una jornada festiva. "Esto es un día de reunión familiar", señaló.

OCTAVILLAS Entre los congregados ayer estaban miembros de la Plataforma Carril-Bici repartiendo octavillas, pidiendo que esta iniciativa no se limite a la mera celebración de un solo día sino que suponga el apoyo a la bicicleta con infraestructuras que permitan circular por la ciudad.

Según Pedro Martín, el ayuntamiento tiene que replantearse el objetivo del Día de la Bicicleta, como punto de partida para ofrecer más oportunidades el resto del año, dado que en la actualidad la ciudad no ofrece seguridad para circular en bicicleta. Martín insistió en que sobre todo ahora, que se están haciendo nuevas vías, se debe tener en cuenta el diseño de carriles bici.

Rodríguez de la Calle reconoce que la reivindicación de este colectivo es "lógica", pero aduce que en el hecho de que no existan más carriles bici en la ciudad intervienen más problemas técnicos que de voluntad. "Hay vías en las que es imposible poner el carril bici, por nosotros no hay ningún problema, siempre que se pueda".

Uno de los momentos más complicados fue la salida desde el centro de Carrefour porque era cuesta abajo, lo que obligaba a frenar a los más pequeños, vigilados por sus acompañantes. Tardaron en salir más de diez minutos y en apenas una hora llegaban a la meta, aunque muchos continuaban camino hasta sus casas sorteando el tráfico.