El ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, llamó a la Policía Nacional y a los demás cuerpos de seguridad «a ser ejemplo ante quienes los insultan y señalan como fuerzas opresoras». Zoido hizo esta manifestaciones ayer en su intervención en el acto del Día de la Policía y la festividad del patrón, Los Ángeles Custodios, en la plaza Alta, en Badajoz.

«Sois un verdadero ejemplo por estar siempre al lado de la ley y la protección de los derechos y libertades», dijo el ministro, así como: «sois protagonistas indispensables para el cumplimiento de la legalidad y el fortalecimiento de nuestra vida ahora que algunos, con un comportamiento ilegal, irresponsable, arbitrario e injusto, amenazan la democracia, el Estado de derecho y las reglas de juego que hemos construido entre todos los españoles». Y llamó a las fuerzas de seguridad a tener «comportamiento ejemplar, y no caer en provocaciones», en relación a los sucesos de Cataluña, sin nombrarlos expresamente.

Zoido señaló que «la respuesta debe ser proporcionada, correcta y escrupulosamente respetuosa con las normas de un Estado democrático como España».

Recordó, además a los 188 policías nacionales víctimas del terrorismo, al subinspector Blas Gámez, asesinado recientemente en Valencia, y agradeció, como hizo también el director de la Policía, Germán López Iglesias, la presencia de Remedios González como madrina del acto de e ntrega de la bandera nacional a la Jefatura Superior de Policía de Extremaduira, a cuya custodia queda desde ayer.

LA MADRINA / Remedios González es la madre de Francisco Javier Delgado, un policía extremeño asesinado por la banda ETA en 1997, cuando contaba 26 años. Zoido le reconoció la voluntad «de ponerse en pie y aceptar ser la madrina de la entrega de la bandera nacional en este acto».

Antes del mismo, Remedios González manifestó que «hoy entrego la bandera nacional a la Jefatura Superior de Policía de Extremadura. Conozco bien vuestro trabajo y sacrificio para garantizar la seguridad y la libertad de todos los españoles, vuestro trabajo infatigable».

Y añadió que «ser madrina me permite expresar mi respeto y el de todos los extremeños a vuestro trabajo bien hecho, que significa el reconocimiento de la sociedad a la Policia Nacional, de los que fueron y ya no están, entre los que se encuentra mi hijo».

AUTORIDADES ASISTENTES / Así mismo, acompañaron al ministro el presidente de la Junta, con quien entró pasó revista a la formación --365 miembros-- de policías.

También asistieron el alcalde de la ciudad, Francisco Javier Fragoso; la delegada del Gobierno, Cristina Herrera; el director general de la Policía, Germán López Iglesias; y el jefe superior de Policía, Miguel García Izquierdo, y representantes de la PSP portuguesa entre otras autoridades.

Los actos centrales del Día de Extremadura congregaron en la plaza Alta a varios cientos de vecinos, familiares de los miembros de la Policía Nacional ubicados en sillas, frente a la formación de policías uniformados y a la Banda Sinfónica del cuerpo, con la grada de invitados en el fondo y el acceso de los participantes por el Arco del Peso.

Tras las intervenciones y la entrega de condecoraciones, tuvo lugar un acto de homenaje a los agentes fallecidos en servicio y finalizó con una exhibición dinámica del material que utilizan las distintas unidades de la Policía Nacional.

Desfilaron tres helicópteros, motos, coches, todoterrenos, Zetas, furgones, la Unidad Canina, la de Caballería --una sección con uniforme de época--, equipos de Tedax, de Subsuelo, de Fronteras, y de Intervención, entre otros.

PROTESTAS Y ULTRAS / Una vez concluido el acto, se pudieron escuchar algunos gritos de representantes policiales que reivindicaban la equiparación salarial con las policías autonómicas y desplegaron una pancarta que rezaba: «Justicia salarial para la Policía Nacional y la Guardia Civil», con gritos de «señor ministro, a usted le da lo mismo», si bien se retiraron enseguida sin que se produjesen incidentes.

Hasta que, también ya terminado el acto, un reducido grupo de personas, envueltas en banderas españolas utilizadas como capas, coreaban «Si esto no se arregla, ¡Guerra, guerra, guerra!».