El bicampeón del mundo de 250 cc Jorge Lorenzo se dio hoy un baño de multitudes en su ciudad natal, Palma, que se volcó con el piloto de Aprilia para festejar su segundo título consecutivo conquistado el pasado domingo en el circuito de Malasia. La gran fiesta de bienvenida a Lorenzo comenzó en el aeropuerto de Palma con la recepción de que fue objeto por parte de las autoridades locales, encabezadas por el conseller de Deportes y Juventud del Govern, Mateu Cañellas, y cientos de aficionados y motociclistas, unos 800, que luego le escoltaron hasta la sede del Ejecutivo balear.

El piloto mallorquín saludó a todas las personas que se acercaron al aeropuerto a recibirle, muchos de ellos con pancartas alusivas a su condición de doble campeón, firmó decenas de autógrafos y se fotografió con aficionados que no paraban de corear su nombre antes de comparecer ante los periodistas locales.A pie de pista fue recibido por su madre, María Guerrero, su hermana y también su manager, Dani Amitrain. "Estoy muy emocionada, feliz, y tenía muchas de que llegara", declaró su madre.

Lorenzo, por su parte, que alzó el puño al llegar a su tierra, confesó que se sentía "muy contento y orgulloso". "Esta es mi isla, mi gente", comentó, al tiempo que recordó sus "inicios en una motociclieta con tres años, cuando no esperaba a ser campeón". Lorenzo agradeció las innumerables muestras de cariño y volvió a referirse a su salto a MotoGP la próxima temporada, en la que compartirá boxes con el italiano Valentino Rossi, toda una leyenda en el motociclismo mundial. "Haremos lo posible para ser los mejores del mundo, pero ahora dejadme disfrutar el primer año, aunque después el objetivo es el campeonato del mundo", dijo.

La última carrera de la temporada

Respecto a la carrera que cerrará la temporada afirmó: "Vamos a intentar hacer una gran carrera y dar un gran espectáculo. Quiero cerrar mi etapa en 250 lo mejor posible". Este año "para mí ha sido más fácil pero también hemos tenido más suerte y además la satisfacción ha sido mayor", señaló el piloto. Más tarde, el piloto balear se subió a un coche descapotable, un Cadillac de color verde claro del año 1972, en la que acompañado por sus padres y escoltado por decenas de motociclistas, recorrió los doce kilómetros que separan al aeropuerto de Palma hasta alcanzar el casco urbano, donde recibió el homenaje popular en medio del sonido de los claxons y los acelerones de las motos de sus incondicionales.

El paseo triunfal de Jorge Lorenzo por las Avenidas y la Plaza España finalizó en el Consolat de la Mar, donde fue recibido por el presidente del Govern, Francesc Antich, y varios representantes del Consell de Mallorca y el Ayuntamiento de Palma. Más tarde, y a los sones de la canción de la película "Rocky", Antich y Lorenzo salieron al balcón del Consolat para saludar al numeroso público que allí se había congregado.

El piloto mallorquín, muy emocionado, agradeció las muestras de cariño y dedicó su triunfo a "todo Mallorca y Baleares". Después, realizó un simulacro de boxeo golpeando con ambos manos en un nuevo homenaje a su ídolo, Rocky Balboa, y saludó a los aficionados con un "Hola compatriotas", que fue contestado con aplausos. "Gracias por venir a celebrar el título conmigo. Estoy orgulloso de ser mallorquín", dijo al desplegar una bandera de Mallorca.

El público coreó su nombre y aprovechó la oportunidad para reivindicar un circuito de motoclismo ante el presidente Antich, quien se comprometió a estudiar la adquisición de terrenos para satisfacer esa petición.