El presidente de EEUU, George W. Bush, negó hoy la existencia de torturas en los interrogatorios a sospechosos terroristas por parte de los servicios de inteligencia del país, y respaldó las técnicas llevadas a cabo por la CIA. "El Gobierno no tortura a personas. Cumplimos con las leyes estadounidenses y la legalidad internacional", dijo hoy Bush en un comentario desde el Despacho Oval.

El mandatario estadounidense aseguró que tanto los programas de detención como los interrogatorios aplicadas por la CIA son exitosos y legales, y sirven para "proteger mejor" a los estadounidenses. "Cuando encontramos a alguien que pueda tener información sobre un posible ataque contra Estados Unidos, por supuesto lo detenemos y lo interrogamos", indicó Bush.

"Los estadounidenses esperan de nosotros que obtengamos esa información a través de los servicios de inteligencia, de manera que podamos protegerles. Éste es nuestro trabajo", enfatizó. Aseguró, además, que los encargados de los interrogatorios son personas "altamente entrenadas para tratar con terroristas y extremistas". El presidente de EEUU dijo, asimismo, que las técnicas utilizadas en los interrogatorios han sido desveladas completamente a miembros del Congreso, en referencia a las críticas recibidas de los demócratas, que tienen la mayoría de las dos Cámaras.

Respuesta a las noticias publicadas

Bush hizo esta declaración después de que se hicieran públicos dos memorandos secretos de 2005 en los que se autorizaban tácticas de interrogación extremas contra presuntos terroristas. El "New York Times" publicó el jueves el contenido de estos documentos, lo que desató una tormenta de críticas contra los programas de detención y de interrogatorio utilizadas por la CIA.

Según el diario neoyorquino, el ex secretario de Justicia de EEUU Alberto R. Gonzales habría respaldado en secreto el uso de las técnicas severas de interrogación. El Departamento de Justicia de EEUU declaró públicamente en diciembre de 2004 que la tortura era una práctica "aborrecible", pero la situación cambió tras el nombramiento de Gonzales en febrero de 2005, según el diario, que cita como fuentes varios funcionarios a los que se les informó de las nuevas tácticas de interrogatorio.

Las nuevas órdenes circularon, según el diario, en documentos secretos y con ellas se daba "una autorización explícita para (...) tácticas causantes de dolor físico y psicológico", que incluían golpearles la cabeza, simular ahogarles y someterles a temperaturas heladas. Este memorando sobre "efectos combinados" para los interrogatorios fue objetado por el entonces viceministro de Justicia, James B. Comey, quien advirtió a sus colegas en el Departamento de que se "avergonzarían" cuando saliera esto a la luz.

A finales de ese mismo año, el Congreso ilegalizó el tratamiento "cruel, inhumano y degradante" a los prisioneros, tras lo que el Departamento de Justicia emitió otra "opinión secreta", informa el diario, en la que aseguraba que los métodos de interrogatorio utilizados por la CIA no violaban esos estándares.