El vecino de Hervás acusado de intentar matar a su mujer provocando un incendio en la puerta del piso de su cuñado, en La Coruña, donde la mujer huyó desde Hervás para refugiarse de los maltratos a los que él la sometía, ha resultado condenado, pero solo por el delito de incendio.

A Antonio L., de 67 años, le imputaba el Ministerio Fiscal cuatro intentos de homicidio --los de su mujer, su hermano y la esposa y el hijo de esta, que estaban todos en casa el día del incendio-- así como un delito de coacciones y otro de incendio, y solicitaba para él una condena de 22 años de prisión.

Pero el tribunal que le juzgó el pasado día 6, la Sección 1 de la Audiencia Provincial de La Coruña, resuelve en su sentencia que solo ha quedado probado el delito de incendio, por el que le impone una pena de prisión de 10 años y 3 meses, así como la de indemnizar tanto a su cuñado como a la comunidad de propietarios del edificio en el que está su vivienda por los daños causados por el fuego.

LOS HECHOS Antonio L. y su esposa llevaban casados 39 años cuando a finales de agosto del año pasado la mujer, "por diferentes desavenencias" y tras presentar una denuncia contra su esposo ante la Guardia Civil de Hervás, decidió poner fin al matrimonio.

Abandonó el domicilio conyugal, pero como "los encuentros con Antonio eran frecuentes", decidió marcharse del pueblo a casa de una amiga a Avila y luego a la de su hermano, en La Coruña. El intentó ponerse en contacto con ella para que reconsiderase su postura y reanudaran la convivencia, "pero como no lograba su propósito, en torno al 10 de octubre se trasladó en su vehículo hasta La Coruña".

Antonio L. estuvo "rondando" las inmediaciones del domicilio de su cuñado, "que conocía por haber pasado en él algunos periodos vacacionales", hasta que, añade la sentencia, sobre las 21.25 horas del día 12, "aprovechando que una vecina abrió el portal, se introdujo en él y subió a la tercera planta donde, tras rociar con gasolina la puerta del piso de sus cuñados, en el que se hallaba su mujer, prendió fuego sin importarle las consecuencias que esto pudiera acarrear a las personas que se estaban en su interior y al resto de inquilinos del inmueble, que cuenta con 36 pisos, cuatro en cada una de sus 9 plantas".

Hecho esto, "abandono el inmueble y se quedó en un bar cercano, donde fue detenido poco después, mientras las llamas adquirían gran intensidad".

Para el tribunal, así lo hace constar en su sentencia, "no existe la menor duda sobre que el fuego que calcinó la entrada de la vivienda de la familia se originó intencionadamente" y que este supuso "un peligro para la vida o integridad física de las personas que se hallaban en ella", pues si las llamas no se propagaron al interior de la vivienda "fue por la pericia de sus moradores, que pusieron toallas mojadas en la parte inferior de la puerta y, arrojando agua, lograron detener el avance del incendio".

Pero al mismo tiempo no estima probada la relación del incendio con los cuatro delitos de homicidio que el fiscal imputaba al acusado, de los que "a falta de indicios suficientes de la intención de matar del acusado" le absuelve. Ni tampoco estima convenientemente acreditada que la insistente conducta del procesado constituya un delito continuado de coacciones, "porque dicha conducta puede ser enmarcada en el transcurso de la ruptura de una pareja que había durado más de 50 años, 39 como matrimonio".