No existía la penicilina, ni los antibióticos, ni las vacunas, pero estos profesionales contaban con herramientas decisivas: vocación de servicio al enfermo, manos rápidas y firmes, empatía con los pacientes y una capacidad de trabajo más allá de los horarios, hasta donde exigieran las urgencias. Poco más de medio siglo después de que Florence Nightingale se convirtiera en la precursora de la enfermería moderna, Cáceres ya disponía en 1919 de su primer colegio profesional, denominado por entonces Colegio de Practicantes de la Provincia de Cáceres. Se trata de uno de los colectivos más antiguos, que el 30 de noviembre cumple su primer centenario.

La enfermería cacereña siempre ha tenido prestigio nacional, incluso internacional, y lo mantiene hoy día. «Nos consultaban desde hospitales como La Paz y 12 de Octubre», explica José María Lancho, vocal del colegio responsable de Jubilación Activa y primer director de Enfermería de la sanidad cacereña. Y ello pese a que este colegio tuvo unos inicios modestos, impulsado por un pequeño grupo de profesionales con pocos recursos y mucha ilusión, que lo financiaban a nivel particular.

PINTORES, GODOY... /

La primera sede se ubicó en el nº 25 de la calle Alfonso XIII (Pintores), para pasar luego por el nº 9 de Godoy, el nº 17 de Reyes Católicos y el nº 15 de Gil Cordero, hasta ocupar sus actuales instalaciones en Isabel de Moctezuma. A lo largo de un siglo, el colegio también ha adaptado su nombre a los cambios de la profesión: practicantes (desde su origen), auxiliares sanitarios (a partir de los años 60) o ATS (desde 1973), hasta llamarse Ilustre Colegio Oficial de Enfermería de Cáceres. «Una larga andadura que ahora celebramos con sentido orgullo y satisfacción», destaca Raquel Rodríguez, presidenta desde 2014, cargo en el que le han precedido doce responsables desde Damián Martínez (1919).

Una profesión que también superó hace décadas las diferencias de género. «La Sección Femenina de Enfermeras del Colegio de Cáceres no tenía sede en sus primeros años (1973-74), cuando la fundó la enfermera Isabel Márquez. Se estableció en un piso privado hasta que pronto el colegio le cedió un despacho», relata Raquel Rodríguez. Desde entonces el colectivo ha crecido unido, hasta convertirse prácticamente en el mayor colegio de la provincia, con 3.600 enfermeros.

Ya en 1984, siendo ministro Ernest Lluch, el Insalud implantó el nuevo modelo de política hospitalaria «con la carta de los derechos y deberes del usuario, el plan de humanización, el servicio de atención al paciente... Se creó entonces en Cáceres la Dirección de Enfermería, al mismo nivel que la Dirección Médica y de Asuntos Generales», explica José María Lancho, un paso que consolidó la importancia crucial de estos profesionales en el sistema sanitario.

Y LLEGÓ CARMEN POLO

Poco antes, en 1980, los estudios de Enfermería habían pasado a convertirse en disciplina universitaria, hoy diplomatura que abarca la promoción de la salud en todos sus ámbitos. «Pero la primera Escuela de Enfermería de la Seguridad Social en Cáceres se creó en 1959, en la Residencia (Hospital San Pedro). Fue de las primeras de España, solo femenina, inaugurada por Carmen Polo en 1962», recuerda José María Lancho. Eran necesarias dos cartas de presentación para lograr plaza.

La primera escuela para hombres comenzó a funcionar en 1962 en el Hospital Provincial, por entonces hospital de beneficencia de la Diputación. «Ya en la década de los 70 se abrió la Escuela de Enfermería en la Universidad Laboral, dependiente del Ministerio de Trabajo, que sería el germen de la escuela universitaria de hoy», resume José María Lancho. Otro hito importante para estos profesionales fue la apertura del Materno Infantil en 1986 y la inclusión del Hospital Provincial en el complejo hospitalario de Cáceres.

Las últimas décadas han estado protagonizadas por las transferencias de la Sanidad a las autonomías, un proceso con ventajas, pero también con deficiencias, sobre todo las diferencias entre comunidades. Enfermeros como José María Lancho abogan por un sistema más igualitario.

LUCHA CONTINUA

Y es que, ciertamente, este colegio siempre ha destacado por su vocación de lucha por la calidad de la sanidad y por mantener informado al ciudadano, con una dedicación que excede a la de muchos colectivos profesionales. Basta con ver sus continuas campañas, consejos o reivindicaciones, sin que le tiemble el pulso al enfrentarse con las instituciones en beneficio de un sistema adecuado para el ciudadano. Y es que la enfermería ya no se concibe solamente como la atención a los enfermos, sino como promoción de la salud y prevención de enfermedades.

«Se han sucedido múltiples circunstancias que han ido configurando una corporación sólida y comprometida con la salud de la ciudadanía, pero también una corporación que ha ido marcando, unas veces como protagonista y otras como impulsora activa, la ruta de un proceso de desarrollo y crecimiento profesional de los que la sociedad se beneficia día a día», destaca la presidenta.

En definitiva, «cien años de compromiso institucional con un derecho básico recogido en la Constitución Española: la protección de la salud de todos los españoles», subraya la presidenta, Raquel Rodríguez, muy entregada a la efemérides y orgullosa de la trayectoria de sus compañeros.

LOS ACTOS

De hecho, el Colegio de Enfermería ha preparado un programa realmente amplio para compartir con la sociedad su primer siglo de vida. El 29 de noviembre tendrá lugar la inauguración en Plasencia de la glorieta de los Pinos, en honor al colectivo. Ese día se presentará el programa internacional Nursing Now, y el 30 de noviembre también quedará inaugurada la escultura en homenaje a la profesión en el Hospital Universitario de Cáceres, jornada elegida para el acto institucional conmemorativo en San Francisco con charla magistral de Amelia Valcárcel.

Habrá una exposición itinerante sobre uniformes de la profesión (hasta el día 30 en el Centro Comercial Ruta de la Plata), así como un cupón simbólico de la ONCE (día 30) y un sello conmemorativo. También se han programado acuerdos y colaboraciones con asociaciones, empresas, entidades e instituciones públicas y privadas, y un impulso al programa de Jubilación Activa y del Voluntariado Colegial.

No faltarán diversas jornadas informativas, formativas y conferencias científicas, además de certámenes (fotografía, dibujo, microrrelatos...) y talleres, ciclos de cine, encuentros festivos y la creación de un archivo histórico, documental y gráfico sobre la larga historia colegial.