Los trabajadores del nuevo hospital necesitan 20 minutos para llegar a los vestuarios, ubicados en un largo pasillo que aún se encuentra en obras, en la planta semisótano. Es una de las protestas del colectivo de enfermería, que invierte cada día casi una hora en ponerse los pijamas y en quitárselos. Si en algún momento de la jornada se manchan la ropa, algo nada anormal pues pueden ensuciarse, por ejemplo, de fluidos de un paciente, deben recorrer de nuevo esos 20 minutos para cambiarse y ducharse, ya que las duchas también se encuentran situadas en este espacio. Además de la lejanía, al encontrarse ubicados en una superficie que continúa en obras, puede generar falta de asepsia, es decir, los pijamas corren el riesgo de contaminarse.

Es una de las demandas que Satse, el sindicato que defiende a los enfermeros, ha hecho llegar a la Junta de Extremadura a través de una carta remitida el pasado viernes, en la que solicitan un encuentro con el responsable de la Consejería de Sanidad, hasta ahora José María Vergeles, para trasladar sus propuestas y buscar soluciones. En ella se le comunica, además, «que toda la problemática y las deficiencias que se están dando ha sido por la falta de información que se ha dado al personal, no se ha contado con ellos para el traslado», señala el secretario del sindicato, Damián Cumbres.

Se quejan además de que ya existen servicios saturados. Es el caso de la tercera planta, en la que se concentra la hospitalización de Otorrino, Oftalmología, Cirugía Vascular y Cirugía Torácica. «Está mal definido el reparto, los pasillos son tan largos que hay servicios que están más cerca del control de otra especialidad», añade Javier Rubio, representante de Satse en Cáceres. Además esta planta solo cuenta con dos puestos de control, que están colapsados.

También, según indica este sindicato, ha habido problemas con el suministro de algunos medicamentos. En ciertos momentos «se ha tenido que ir a buscarlos corriendo al San Pedro de Alcántara». Y no funciona el servicio de esterilización (se trabaja con el del hospital San Pedro), los carros para transportar la ropa sucia y limpia se confunden y las tomas de oxígeno están presentando incidencias.

A esto se suma, añade la carta que ha enviado Satse, la falta de personal «en casi todas las unidades», lo que se traduce en «una sobrecarga de trabajo muy grande». En la misiva se recogen todas las quejas que se han trasladado al sindicato, que continúan creciendo. «Las quejas las hacen en los pasillos pero son constantes», incide el secretario del sindicato.

Por su parte el consejero de Sanidad en funciones, José María Vergeles, se remite a sus declaraciones de la semana pasada y que publicó este diario, en las que defendía la puesta en marcha de la primera fase del hospital porque «no ha habido grandes problemas».