Sábado, 9 de mayo de 1992. Primer día de idilio entre Cáceres y Womad. Jhon Hammond, Bod Gelfod, Salif Keita o Immaculate Fools pusieron la música de aquel cortejo que estaba iniciándose y que en 2016 celebra sus bodas de plata. Los primeros titulares sobre el festival hablaban de 'Exito musical sin aglomeraciones' . En los últimos siempre se destacan los 'más de 100.000 espectadores' . Veinticinco años de unión entre Cáceres y Womad que, como toda pareja bien avenida, han superado numerosos obstáculos en este cuarto de siglo, incluido un divorcio que pudo ser y que finalmente no fue. Cáceres y Womad siguen arrullándose cada primavera al calor de las piedras con músicas de los cinco continentes.

San Womad , como muchos le conocen en Cáceres por su fuerte identificación con esta ciudad y por obrar el milagro de seguir adelante, especialmente tras los complicados desencuentros de años atrás, volverá en mayo y posiblemente con una edición especial. Esa es la intención, si bien de momento no han trascendido los contactos entre la dirección del festival y el Consorcio Gran Teatro (formado por la Junta, la diputación y ayuntamiento), que cuenta con Silvia González como nueva directora.

Ambas partes deben estudiar el acuerdo bianual 2016-2017 (así lo vienen haciendo en los últimos tiempos), que en 2014-2015 estableció un presupuesto de 360.000 euros por edición. En principio no deberían existir problemas, toda vez que se logró un consenso en los peores años de crisis. Más bien hay motivos para celebrar. Desde que Peter Gabriel (director del festival) quedara fascinado al conocer Cáceres, Womad se ha convertido en un gran divulgador internacional de la ciudad y en el principal evento multitudinario junto con Semana Santa. Además, se ha compenetrado tanto con Cáceres que ha hecho de ella su segunda sede, por donde han pasado más de 400 solistas y bandas.

Todo comenzó en aquella primavera de 1992, cuando artistas como Immaculate Fools, Los Lobos o Geoffrey Oryema sorprendieron a un público que disfrutó casi entre amigos. En 1993, la fama precedió al festival y las calles se llenaron. Fue la edición más recordada, mítica para muchos cacereños, con Kiko Veneno, Raimundo Amador, Oyster Band, Holmes Brothers o el propio Peter Gabriel. Durante las cinco ediciones siguientes, miles de personas siguieron los conciertos de Capercaille, Juan Perro, Papa Wemba, Suzanne Vega, Ched Mami, La Barbería del Sur, Jaime Anglada, The Chieftains, Zap Mama o Compay Segundo. La fama del Womad entre piedras centenarias ya atraía a gente de todos los rincones del país y del extranjero.

Y LLEGO LA MULTITUD La edición de 1998 (Hijas del Sol, Café Quijano...) alcanzó los 100.000 asistentes. La suciedad y la masificación obligaron a trasladar los conciertos del sábado al ferial en 1999. Ya en el 2000 se organizó el certamen íntegro en este recinto, eso sí, con 50 artistas en seis escenarios. Womad seguía bullendo de público pero perdía su esencia, por ello, tras una negociación complicada en la que se temió por el festival, se adoptó un modelo mixto con actuaciones entre la plaza Mayor y el hípico en 2001, 2002 y 2003.

Fueron años difíciles. En 2004 volvió la tensión a costa del presupuesto con el Consorcio Gran Teatro, y éste anunció que estudiaba un certamen alternativo. La calle se puso del lado del Womad, al igual que el ayuntamiento y los hosteleros. En 2005, la cita multiétnica se negó a seguir en el hípico y volvió al centro histórico prescindiendo del sábado para evitar aglomeraciones. En 2008, la Consejería de Cultura comenzó a planear un festival de organización propia alegando que el Womad había perdido calidad. La Diputación, el ayuntamiento, los empresarios y una opinión pública mayoritaria salieron en defensa del certamen.

Un nuevo acuerdo sacó el festival adelante, y desde entonces vive una etapa de sereno entendimiento con cuatro días de programación en la plaza Mayor, el casco histórico y el Gran Teatro. La hostelería, uno de los motores de la ciudad, se congratula. "El festival es un divulgador fantástico de la ciudad en los medios de comunicación, y además llena restaurantes y hoteles", explica César Martín, presidente de la Asociación de Hostelería y Turismo.

Jorge Sánchez, vicepresidente del Clúster de Turismo y director del Hotel Agora, agrega que "Womad ofrece una proyección nacional internacional y un acercamiento a otras culturas que enriquece la ciudad". Por tanto, Cáceres quiere a Womad y Womad quiere a Cáceres. A partir de ahí todo es dialogar y soplar las velas sin que la llama se apague.