La formación musical no sale mejor parada que la enseñanza de idiomas, y la causa es idéntica. El Conservatorio Oficial Hermanos Berzosa ha rechazado este curso el 30% de las solicitudes por falta de espacio, aunque la situación es menos delicada que en los últimos años, cuando ni siquiera entraba la mitad. Pero no se han creado más aulas, simplemente ha descendido el número de peticiones, de 200 a 120, y han ingresado 85 alumnos en lugar de 60 por otras razones (hay un profesor más de saxofón y otro de guitarra a jornada completa).

Las cabinas individuales fueron eliminadas hace años para ganar espacio, pero pocas mejoras más se han podido introducir en el conservatorio, dependiente de la Junta, que ocupa algunas dependencias cedidas por la diputación en el Complejo San Francisco. Desde hace tiempo, la solución pasa por utilizar varias aulas del colegio San Francisco, situado a pocos metros, pero las clases no están insonorizadas y sólo tienen material de Primaria. Los profesores han llevado pizarras pautadas, pianos y otros instrumentos, aunque los padres no ven con buenos ojos que sus hijos, sobre todo los más pequeños, tengan que andar a diario de traslado por la calle. De hecho, los alumnos han realizado conciertos de protesta y sus padres han remitido denuncias.

También el equipo directivo del conservatorio lleva años solicitando una nueva ubicación, pero no recibe una respuesta.

Los cacereños que no encuentran plaza en esta enseñanza oficial acuden a la Escuela Municipal de Música, que tampoco tiene ya capacidad para atender la demanda. Cada año deja fuera a 50 aspirantes y admite a 220, aunque la mejora de la situación del conservatorio le ha beneficiado y esta vez sólo ha rechazado a 26. Los responsables esperan que el ayuntamiento les conceda el uso de todo su edificio en Gómez Becerra (ahora compartido con la universidad popular), para impartir ballet y teatro.