El ayuntamiento ha sacado a concurso la realización de un inventario de la situación inmobiliaria y de usos en el conjunto histórico. Es un trabajo que complementará el que se está realizando con la revisión del plan especial, las normas urbanísticas que rigen en el casco viejo de la ciudad. En la revisión, su avance está en exposición pública, ya se adelantan datos sobre la desocupación y estado ruinoso de edificaciones o parcelas. Son 399 (299 se encuentran desocupadas, sin habitantes, mientras que un centenar están en estado ruinoso o muy deteriorado).

El análisis de la revisión se hace por parcelas con edificaciones, sin entrar al detalle de viviendas. En cada una de ellas puede haber una o más viviendas. Se ha hecho así porque se optó «por consultar los datos de consumo de agua nulo o despreciable» y el método no permite llegar al detalle «de cada vivienda dado que los consumos de agua, en muchas de las parcelas con varias viviendas, están vinculados a un contador», según se indica en el avance de la revisión del plan.

Con la realización del inventario se pretende contar con un estudio más detallado «sobre el estado inmobiliario de la ciudad histórica desde el punto de vista de usos, ocupaciones y de titularidades». El pliego técnico, redactado por los profesionales que trabajan en el consorcio Cáceres Ciudad Histórica, advierte de que «cada vez hay más locales comerciales vacíos y los carteles de inmobiliarias imperan en las partes residenciales». Por contra, hay «casi un furor por promover actuaciones de recuperación para apartamentos turísticos», aunque «los análisis racionales permiten afirmar que en Cáceres no estamos, a día de hoy, inmersos o acercándonos a un proceso de gentrificación», aseguran los técnicos en su informe.

En el plan especial que está en vigor, y que es de 1990, sí se realizó un análisis pormenorizado de viviendas vacías o en mal estado. Entonces se cuantificó que en el casco viejo había 3.833 viviendas, de las 1.299 estaban desocupadas y 122 en mal estado o en un ruina. No se puede comparar con la revisión (cuyo trabajo de campo es de 2019), que para su análisis parte del número total de parcelas, que son 1.854 (en cada una habrá una vivienda o varias). No obstante, en la revisión se sacan una serie de conclusiones, entre ellas que «nos encontramos con que el grado de desocupación es mayor en zonas como las calles Trujillo, general Margallo, Barrio Nuevo y Castillo". En cuanto al deterioro, la revisión destaca «el aumento drástico del deterioro» en las áreas urbanísticas de Santiago y de la calle Barrio Nuevo y su entorno.

La revisión también hace una comparación entre los establecimientos comerciales que se contabilizaron en 1990, cuando se redactó el plan especial en vigor, y los que hay en la actualidad. Hace treinta años había 526, mientras que ahora hay 205 menos. Todas las zonas del casco viejo, salvo la de Santa Clara, «ven mermado su tejido comercial», destaca la revisión, y «especialmente dramático parece el caso de San Juan», añade.

En el otro lado de la balanza está lo que está ocurriendo con los establecimientos dedicados a la hostelería. Cuando en 1990 se redactó el plan especial en vigor se contabilizaron cuatro (dos hoteles, el parador y una pensión), mientras que en la revisión, con datos de 2019, se han cuantificado 70 (11 hoteles, un parador, dos pensiones, cuatro hostales, un albergue y 51 apartamentos turísticos).