Cáceres fue liberada de la ocupación árabe por Alfonso IX en 1229. El rey otorgó a la ciudad Fuero de Villa y la convirtió en un concejo libre, cuyos vecinos podía elegir a sus 12 regidores. Ya en 1477 Isabel la Católica visitó la ciudad y le concedió nuevas Ordenanzas, pasando a ser una Villa de Realengo. Las iglesias florecieron y las fortunas procedentes de América se dejaron notar en la creación de palacios cristianos sobre los antiguos musulmanes. Todo ello pese a las guerras internas, que enfrentaron de forma violenta a los nobles de los bandos leonés y castellano hasta que fueron atajadas por la propia reina Isabel.

La ruta por la ciudad cristiana y sus torres parte del Palacio y Torre de Galarza (1) y sigue por la Torre de los Púlpitos (2), Torre de Bujaco (3), Torre de Espaderos (4), Palacio de Carvajal (5), Palacio de Hernando de Ovando (6), Palacio de los Golfines de Abajo (7), Palacio de las Cigüeñas (8), Torre de los Sande (9), Palacio de los Marqueses de Torreorgaz (10) y Palacio de los Golfines de Arriba (11).