Técnicos municipales demolieron ayer las últimas 10 construcciones ilegales que quedaban en la calle Malpartida y que desde hace años conformaban un paisaje habitual lleno de perreras, chabolas y gallineros en Aldea Moret.

La acción conforma la segunda y última fase de un proyecto iniciado por el concejal de Infraestructuras, Miguel López, el pasado mes de julio con el objetivo de acabar con la proliferación de estas construcciones.

Los obreros sacaron de las chabolas 5.000 kilos de basura entre chatarras y escombros, acudieron operarios de Conyser y agentes de la policía local. Tras la retirada de la basura, se allanó el terreno y se desinfectó. Solo queda por derribar un cobertizo, que ayer tenía un caballo dentro. En días sucesivos el ayuntamiento realizará inspecciones intermitentes para evitar que vuelvan a aparecer más construcciones.