El 4 de febrero de 1950 se conoce la noticia de que el párroco de Santo Ángel, en Valencia, era el nuevo obispo. La Santa Sede y el gobierno español adoptan esta decisión porque querían enviar a Cáceres a un hombre «joven, virtuoso y bien curtido en las tareas sacerdotales de la cura de almas», eso dijeron. Así que Manuel Llopis Ivorra llegó una tarde de 18 de junio y lo hizo bajo arcos de triunfo y en medio de delirantes ovaciones a lo largo de un trayecto que inició en la Cruz y acabó en Santa María, vamos, que aquello fue como si ahora vinieran a Cáceres los de ‘Juego de Tronos’.

Llopis era, en realidad, un economista sensacional, que promovió la Asociación Benéfica Constructora Virgen de Guadalupe y que en 1955 hizo las casas del Carneril, un barrio al que luego pondrían su nombre: Llopis Ivorra. El día de la inauguración fue un acontecimiento tan grande que hasta la Sociedad Mirat desplazó autobuses para que los cacereños se sumaran a la celebración.

Pero, además, el prelado hizo el Seminario, la Casa de Ejercicios de la Montaña (obra del arquitecto municipal Angel Pérez). Y, lo más importante, auspició la designación, en 1957, de la diócesis de Coria-Cáceres, que hasta entonces solo era Diócesis de Coria.

Por eso no es de extrañar que Cáceres quiera mucho a Llopis porque revolucionó la ciudad y era un señor muy moderno. El obispo promovió igualmente el edificio Coliseum, donde vendían riquísimos chupa chups de fresa, con azúcar picapica que rodeaba el caramelo y un envoltorio transparente en el que aparecía dibujada la cara de un conejo. El mayestático Llopis iba siempre de púrpura, con sotana, gorro con borlas, fajín, cruz, mitra, báculo y un anillo muy grande en un dedo que daba a besar. Vivía en el Palacio Episcopal y de Valencia se trajo a varios asesores y a Estellés, un constructor que creó su propia empresa y que se hizo tan famoso que comprar en Cáceres una casa de Estellés era toda una garantía.

Precisamente, la iglesia del Buen Pastor en el barrio del Espíritu Santo en Cáceres, conmemora el medio siglo de su consagración bajo el lema ‘50 años en tu vida’. La parroquia aprovecha esta efeméride para recuperar la historia de los barrios de Llopis y el Espíritu Santo. Para ello, según informa el obispado, se ha diseñado un nutrido calendario de actividades que incluyen una exposición de fotografías antiguas que estará abierta desde las siete de la tarde de este sábado con la aportación de las instantáneas familiares de los vecinos con una historia de la diócesis y del barrio. Los horarios de apertura de la muestra serán todas las tardes de 17.00 a 20.00 horas.

Hasta junio

Los actos se prolongarán hasta junio de 2020 con una actividad cada mes. Así, el 12 de diciembre a las 18.00 horas habrá una mesa redonda con las personas mayores de Llopis, Espíritu Santo o de Las Trescientas para que cuenten cómo era la vida en la zona hace medio siglo. En enero habrá una misa de acción de gracias y cada mes se sucederán otros actos, como una conferencia recordando la figura del obispo Llopis Ivorra, una tarde de juegos para que los mayores muestren cómo eran los juguetes y juegos de su época. Asimismo, se ha programado una charla sobre la prevención del suicidio por ¡Qué bonita es la vida! (asociación nacida en la barriada), Proyecto Hombre hablará de prevención de drogas y ludopatías y también una tarde de plantación de árboles en la zona y convivencia con los nuevos habitantes de la parroquia de los barrios de Vista Hermosa y Casa Plata y los migrantes y refugiados. No faltará la fiesta, con una verbena como las de antes y una paella solidaria.

Ángel Martín Chapinal, párroco del Espíritu Santo indica que el objetivo es «conocer la identidad de estos barrios del sur de Cáceres, de la periferia. Conocer la historia para ser agradecidos y apoyarnos en el momento presente y mirar al futuro. Y también resaltar la presencia de la Iglesia y su compromiso en esta zona, que queremos se siga manteniendo». La diócesis recuerda que se han cumplido 60 años de la conversión en parroquia de la ermita del Espíritu Santo, una de las más antiguas de Cáceres.