La localidad de Casar de Cáceres vivió ayer el día grande de la Fiesta de la Tenca, que tras tres décadas de celebración, se ha consolidado como la festividad más importante de la Mancomunidad Tajo-Salor.

Las actividades comenzaron tremprano, a las 07.00 de la mañana, con el concurso de pesca en la charca del Casar, una ruta senderista, el mercado de artesanía, exposiciones, pasacalles, etcétera.

Pero lo que la mayor parte del público esperaba era la apertura, a las 13.00 horas, de las casetas de degustación de tencas. Para probarlas, habían acudido a la localidad gentes de toda la mancomunidad, incluso de otras partes de la provincia cacereña y de fuera de la región.

El alcalde de Casar de Cáceres y presidente de la Mancomunidad Tajo-Salor, Rafael Pacheco, considera que la cercanía de su localidad a la capital provincial favorecía la afluencia de público. Por este motivo, se han previsto alrededor de 7.000 raciones de tencas, unos 700 kilogramos, casi mil raciones más que el año pasado, más las que se podían degustar en los bares y restaurantes del pueblo. Pacheco destaca «la tradición» de esta fiesta y la importancia para la mancomunidad, así como para el Casar, que acoge su organización por quinta vez en sus treinta ediciones.

Entre los asistentes, el suministrador de la ‘estrella’ de la fiesta, Juan Carlos Simón, de Tencas Galilea, esperaba la cola como los demás para recoger su ración.

La mayoría de comensales destacaban la calidad y lo bien fritas que estaban las tencas, que se vendían a dos euros por pez. Concepción, María Dolores, Ángel y Fermín, de Malpartida de Plasencia, acuden todos los años a esta fiesta, «siempre nos acercamos al pueblo donde se celebre».

No eran los únicos, Jacinto, su familia y amigos, de Hinojal, también son asiduos a esta celebración, «como comentario y para mejorar para otro año, decir que los bares no debería estar al sol y que pongan servilletas, que no hay por ningún sitio», apunta. Y es que el calor a la hora de pedir la bebida ha sido uno de los comentarios más repetidos entre los asistentes. Este grupo de Hinojal, además, se queja de que algunas tencas eran muy pequeñas, «a mí me han echado una de más porque había dos chicas», pero añade, «por lo demás, la carpa está fenomenal y la feria, también».

Encarna Suero, vicepresidenta de la Federación de Asociaciones de Casas de Extremadura en Andalucía destaca el ambiente de la fiesta, «venimos muchos extremeños de fuera, que nos gusta estar con gente de la tierra». No era la única, José y sus amigos hacían gala de su pueblo, Garrovillas, aunque son residentes en Cataluña y País Vasco, «el año pasado no nos pilló aquí, pero este sí». Pilar y Blas, de Talavera de la Reina, pero naturales de Navalmoral de la Mata, acudían por primera vez a la fiesta, como Michiel y Bertine, de Holanda, y cuyo amor por la ornitología les ha llevado a vivir a Casar de Cáceres.

Mientras en la carpa principal se comía, tres cocineros profesionales preparaban recetas innovadoras con tencas en el primer concurso gastronómico profesonal. Ganó el cocinero del Parador de Cáceres, Francisco Romero, con una tenca al horno con alga wakame. En el concurso amateur, Soledad Villa se hizo con el primer premio gracias a las tencas en escabeche que había cocinado con ayuda de los usuarios del centro de día.

Para hoy, deportes en bicicleta y, como novedad, acuáticos en la charca del Casar de Cáceres.