Ocho de cada diez calles del casco urbano registran un nivel de ruido por encima de los parámetros recomendados. Así lo demuestra un estudio del Departamento de Física de la Universidad de Extremadura, realizado este año con muestras a pie de calle y sobre fachadas (a la altura de las viviendas), tal y como exige la nueva normativa. Este resultado se obtiene al medir los ruidos en un conjunto de 22 calles durante una semana, mañana, tarde y noche. La principal fuente de perturbación sonora es, sin duda, el tráfico.

El estudio ha sido realizado por los profesores Valentín Gómez, Juan Antonio Méndez, Rosendo Vílchez, José Manuel Vaquero y Juan Miguel Barrigón, con la colaboración de varios alumnos, como seguimiento a un estudio promovido por la Junta. Pese a los niveles registrados, estos expertos afirman que Cáceres se encuentra dentro de los parámetros de las ciudades de tamaño similar o superior.

Si se tienen en cuenta los datos tomados durante el día, la tarde y la noche, en su conjunto, el estudio revela que alrededor del 80% de las calles cacereñas están por encima de la medida recomendada: 60 decibelios. Dos vías superan incluso los 70 decibelios, considerados ya excesivos, como son Gil Cordero y Primo de Rivera. "La molestia comienza a ser seria, te irrita y puede perturbar el sueño. Genera ansiedad y estrés", señalan los expertos. Gil Cordero se acerca a los 75 decibelios, una medida que empieza a tener efectos sobre la propia audición. Avenida de España, Antonio Hurtado y Camino Llano también arrojan índices elevados. En general, la Organización Mundial de la Salud indica que a partir de los 55 se producen incidencias sobre la salud.

MEDICION DURANTE EL DIA

Si sólo se consideran las muestras tomadas por el día, entonces se comprueba que la mayor parte de las vías están por debajo del nivel aconsejado (65 decibelios en este caso), y que sólo un 19% de la población cacereña sufre niveles superiores en sus calles (en Bilbao un 29% y en Barcelona un 35%), lo que puede generar molestias, tensión, falta de atención, irritabilidad y necesidad de elevar la voz o la TV. Incluso tienden a aumentar los accidentes laborales y domésticos.

Sin embargo, por la noche, un 79% de la población cacereña supera los 45 decibelios en sus calles, nivel recomendado por la Junta y la OMS. "Es una medida adecuada, pero utópica. Si subimos hasta los 55 decibelios, un nivel más real, encontramos que sólo están por encima el 26% de los cacereños (38% en Bilbao y 78% en Barcelona)", subrayan los expertos.

La Madrila, zona de ocio juvenil, constituye un caso aparte. En los gráficos elaborados por el Departamento de Física para un estudio anterior se observa que el ruido cae unos 20 decibelios del día a la noche en todas las calles. Pero en La Madrila sube durante las madrugadas de fin de semana, es decir, la zona marca sus máximas en plena noche.

El análisis se completará próximamente con entrevistas a los vecinos para estudiar cómo interfiere el ruido en su actividad diaria. Además, está comparado con los niveles que exigirá la UE en todos los países, incluido España. El estudio se ha elaborado según los nuevos indicadores europeos, es decir, los niveles de tarde y noche se penalizan con 5 y 10 puntos por encima de la medida real porque a estas horas, dedicadas al descanso, las molestias son mayores.

La UE ha tomado cartas en este asunto y obligará a las ciudades que superan los 100.000 habitantes a tener su propio mapa de ruidos a partir del 2013. El pasado año también publicó una directiva sobre el ruido ambiental, mientras que España ya prepara un anteproyecto de ley que permita adoptar criterios en un ámbito hasta ahora poco controlado.