Han pasado dos meses y las cosas siguen igual". Así resume Florencio Reyes Rodríguez su indignación. A finales de junio, agentes del cuerpo de la Policía Local se personaron en el negocio que regentan sus hijos y se llevaron las sillas y mesas de su terraza. Hugores, como se llama el bar cafetería, tenía abierto un expediente debido a que el toldo de su terraza estaba anclado al suelo, algo prohibido por la norma vigente, y a que la valla junto a la calzada no se ajusta a lo establecido en dicha ordenanza de 2014.

Tras retirar dichos elementos, en los que asegura que sus hijos invirtieron entre 6.000 y 8.000 euros, pudieron recoger sus mesas y sillas, aunque han tenido que cambiar las características del cerramiento que antes lucía. Desde entonces, Florencio acudió tanto a este periódico para reivindicar que se lleve a cabo un trato justo como al ayuntamiento y a Policía Local en numerosas ocasiones. "Nadie me hace caso, se pasan la pelota de unos a otros".

Pero su indignación ha ido en aumento cuando ha podido observar como un bar de la misma zona que el suyo está realizando obras para cambiar su terraza incumpliendo la misma norma por la que a él le hicieron retirar la suya, el anclaje al suelo. "Han instalado seis vigas ancladas al suelo, aunque lo tapan con cartón para que no se vea", detalla. Ante la situación, Florencio ha acudido de nuevo al consistorio y a los agentes locales para pedir que se haga cumplir la ley. "A mí me han hundido parte del negocio, ¿a unos sí y a otros no?".

Ante su reclamación, asegura que no le han dado otra opción aparte de ir a denunciar a los locales donde se incumplen normas. "Pero yo no soy quién para hacer eso. Ellos son los que deben hacer cumplir las ordenanzas".

Además, asegura que no es el único caso. En su opinión son muchos los bares y cafeterías que vienen incumpliendo de manera reiterada distintos puntos recogidos en la ordenanza. "A mí no me dejaban ampliar la terraza porque si la ponía en frente tenía dos puntos distintos y esto no se puede, sin embargo, hay bares que lo hacen". "También vemos como hay terrazas a menos de los metros permitidos de distancia o donde se fuma al lado de juegos de niños". Su problema, recalca, no es querer hacer daño al resto, "es que nos traten igual a todos" ya que, apunta, "esto es una persecución contra mi familia, es algo personal".