Abass Dodoo nació en Ghana en el seno de una familia de conocidos percusionistas de la realeza y desde los 6 años su abuela le inspiró y enseñó a tocar los timbales. Posteriormente se entrenó con su tío, el maestro Mustapha Tettey Ady , y actuó con la Royal Obonu Drummers cuando tenía 10 años. Ha impartido talleres y ha actuado durante 30 años tanto en su país como en los escenarios internacionales, también en los de Womad. Ayer por la mañana Abass Dodoo protagonizó junto a otros artistas la primera rueda de prensa ante los medios de comunicación de Cáceres para presentar sus actuaciones en el festival multiétnico. Dodoo estuvo hace 25 años en el primer Womad que acogió la ciudad y ha vuelto. "Me veo diferente y veo a las personas diferentes. Entonces empezó a llover pero nos dio igual, seguimos con el show. Ahora también llueve, también seguimos con el show y estamos felices de compartir felicidad y nuestra música", explica el percusionista de sonrisa amplia antes de actuar en el instituto El Brocense junto al senegalés Landing Mané en un taller para adultos sobre danza y percusión africana.

Landing Mané también acudió a la rueda de prensa de ayer. Contó su anécdota, graciosa, por cierto: "Vinimos en 2011 y la primera mañana que amanecimos en nuestro hotel, una persona de recepción nos llevó el periódico a la habitación y me sorprendió tanto ver mi foto allí..." Landing Mané estaba ayer feliz relatando su paso por los centros educativos de la ciudad: "Si educamos a los niños, educamos al mundo, se trata de un intercambio cultural y el gran souvenir que nos llevamos es esta experiencia en Cáceres".

Junto a ellos en la rueda de prensa celebrada en el escenario de la plaza Mayor de Cáceres, con luz, tacígrafos y algunos curiosos que miraban desde abajo, está la israelí Ester Rada , que mezcla soul, funk y reggae en las letras de sus conciertos. Rada es una mujer de gran belleza que ayer ofreció sus mejores versiones de "amor y vida" en el concierto de la noche. Porque en sus letras "no hay ningún tipo de política de mi país, yo solo hago música de todo lo que me rodea". A su lado, los nipones Osaka Monaurail , que llegaron esta pasada madrugada a Cáceres. El representante de la formación es un gran conversador. "Vengo de Japón", dice envuelto en su sonrisa que parece eterna. Es su primera vez en Cáceres, pero ya estuvo en los Womad de Río, Australia y Nueva Zelanda y el año pasado tocaron en Inglaterra. La suya es una música con influencias de James Brown o Aretha Franklin , soul y funk de los años 60.

Y como siempre sucede en este deliciosa tarta de Womad, esa guinda que la completa. Por primera vez la poesía se incorpora como género del multiétnico. Lo hace de la mano de Miriam Reyes , una poetisa que utilizó el jardín del Palacio de Carvajal como escenario. Entre los muros de este edificio del XV situado junto a la concatedral de Santa María y también conocido como la Casa Quemada por el incendio que sufrió en el XIX, Miriam Reyes presentó 'Aquí estoy', una selección de poemas compuestos por ella y que representan su "recorrido personal por diferentes estadios" pero también recrea la temática de las relaciones de pareja. Miriam Reyes publicó en 2015 'Haz lo que te digo' y ayer fue un gustazo escucharla, porque la música y la poesía son casi lo mismo: "La música --dice Miriam-- es mi vida, no podría vivir sin ella, me ayuda a ser feliz, a estar mejor..."

La música que ayuda a Miriam y a las 2.000 personas que solo la primera noche de Womad la vivieron en el Gran Teatro, que albergó las cuatro primeras citas musicales gratuitas de este certamen que cumple 25 años de vida en la ciudad extremeña. Destacó la participación de Altas Horas, el grupo que revivió aquella otra noche de 1992 en la que tuvieron la oportunidad de tocar en el mítico primer Womad cacereño, entonces desconocido e inspirador para toda una generación.