Uno de los casos denunciados ante Acuex le ha sucedido a un cacereño de avanzada edad. El operario de una empresa se presentó en su casa sin previo aviso, afirmando que iba a revisar la instalación de gas butano y a cambiar las gomas de la cocina. "Pero si está todo nuevo", le contestó el inquilino. Entonces el operario le preguntó si tenía algún otro aparato, y el usuario le enseñó un brasero de butano. En un momento le cambió la goma por un importe de 12 euros, la cabeza reguladora por otros 24 euros (ni siquiera estaba caducada) y le instó a suscribir un contrato de mantenimiento por otros 42 euros, pese a que el inquilino ya tenía uno similar.