Nadie sabía que el hecho de enamorarse pudiera ser tan duro. Me refiero a cuando aparece el desamor, el enfado, el desencanto o sencillamente el desencuentro de las parejas. Unas no tienen hijos y no sufren tantos problemas. Pero otras sí, y desgraciadamente se producen situaciones graves.

Los padres desde el embarazo participan ilusionados de todo el proceso de desarrollo de su futuro hijo. Las mujeres, también ilusionadas, hacen participe a su pareja de la emoción que esto supone. Cuando nacen, las tareas se reparten para el mayor beneficio de los pequeños, hay que dar el pecho (el hombre no puede), cambiar pañales, dormirlos, bañarlos, etc... Cuando se pasa a la etapa del biberón el hombre ya puede hacer y dar tanto a su hijo como una mujer. Al tiempo que este proceso se desarrolla, los hijos crecen y el amor de cada progenitor con ellos y el de los hijos con cada progenitor se sucede intensamente. El esfuerzo personal del hecho de ser padres y madres, la ilusión, el poder estar con ellos y enseñarles es el mismo.

Cuando las parejas se separan la justicia, a veces, separa a los padres de sus hijos. Muchos tienen la sensación de que siempre "ganan ellas" porque esto se convierte en una batalla. El sistema judicial dice basarse en el "bien del menor", "favor filii" ¿y el bien del menor es separarle de su padre? Parece demostrase en los órganos judiciales que por definición casi todos los padres son malos padres y por eso les quitamos a sus hijos y por ende casi todas las madres son buenas por el hecho de serlo, cuestión no necesariamente cierta. Hace demasiados años que ocurre, demasiados padres asociados para poder recuperar el derecho de estar con sus hijos, demasiados beneficios para algunas madres que por tener a sus hijos logran una manutención que en ocasiones arruina a los padres.

¿Qué ocurre con aquellos padres que quieren estar con sus hijos? ¿Qué ocurre con esos abrazos perdidos, con esos afectos destrozados para hijos y padres? ¿Por qué no puede ser al revés, que los padres tengan la custodia y las madres pasen la manutención?

A los jueces no les gusta oír hablar de "alienación parental" ni de otras cosas parecidas por no estar en algunos libros, pero hemos de pensar que hay muchas realidades vividas que tampoco están en los libros y son reales. En un proceso judicial lo primero casi siempre es que el padre se marche de casa, y desde la demanda hasta el juicio muchas madres, no todas, se encargan de influir sobre sus hijos hablándoles mal del padre, que no está, y no puede explicarles, ni abrazarles, porque no le dejan. Muchos niños piensan que sus padres no les quieren, muchos padres lloran porque sus hijos no les quieren, muchos querrán siempre a su hijos.

Deberíamos preguntarnos qué ocurre en el sistema judicial, dónde está el fallo que hace que muchos hijos pierdan a sus padres. Qué gran paradoja: el intento de un varón por ser feliz le acerca cada vez más a la infelicidad, y el intento de acercarse más a sus hijos hace que se alejen más de él. La sociedad tiene recursos para evitarlo. Solucionémoslo. No hablemos de sexos, hablemos de personas.