"Caña a 0,70... La caña bien tirada". Este es el slogan que reza en las camisetas de los camareros que atienden la barra y la terraza de Lizarrán, un establecimiento inaugurado en Cáceres hace tres meses, concretamente en la confluencia de Moret con Pintores. Pertenece a una franquicia con productos a buen precio cuyo éxito le ha llevado a abrir 250 locales en España y en 24 países.

Jorge Gómez, miembro de una larga saga familiar de empresarios cacereños de hostelería, es el titular del negocio. "Lo montamos hace ocho meses en el centro comercial El Faro, en Badajoz. Pensamos que era un tren que pasaba una sola vez y vistos los resultado hemos decidido abrir en Cáceres. Nos gustó bastante la franquicia y nos embarcamos en el proyecto", relata.

Los precios son los mismos para todos los establecimientos Lizarrán del país: caña a 0,70, y doble de cerveza a 0,99. Además, cada día hay 150 pinchos distintos a elegir a 1,40 (los miércoles a 1 euro) o bien a 1,90 si son 'gourmet'. También se sirven una treintena de raciones (4,90).

"Estas nuevas opciones surgen porque hay que evolucionar. Lo de 'regalar' un pincho poniendo una caña a un coste superior al suyo, ya no es así. La cerveza debe venderse a su precio, y si quieres un pincho, eliges el que te apetece y lo pagas aparte, de modo que puedes tomarte cuantas cañas quieras sin pagar pinchos que quizás no te apetecen, y también al contrario", explica Jorge Gómez.

Los clientes se muestran satisfechos, "se han adaptado muy bien a estos precios, vienen de todas las edades", comenta. Es cierto que la crisis afecta a la hostelería, "pero el profesional que tiene la capacidad de amoldarse al bolsillo del cliente está tirando, porque existe una costumbre generalizada de ir a los bares, el camarero es nuestro psicólogo y amigo, y en la barra se hacen los mejores negocios", afirma.