"Muchas gracias a todos. Estoy muy contenta y me siento feliz". Resuelta, Anatolia Francés (Puertollano, Ciudad Real, 1903) pide el micrófono y agradece el reconocimiento que le brinda el hogar de pensionistas de Cervantes por sus 102 años y siete meses en el Día del Mayor, que se celebró ayer. El año pasado ya recibió un homenaje similar, así es que está acostumbrada incluso a las preguntas de los periodistas. ¿Cuál es su secreto? "No hay ninguno, si acaso vivir en paz", responde tajante.

Menuda, con las canas lisas sujetas a un lado por una horquilla casi como las jovencitas de hoy, habla casi sin parar con una lucidez que no deja de sorprender. "No sé lo que es una inyección --declara--, nunca estuve enferma y me he limitado a llevar una vida sencilla y tranquila".

La residencia de hogar

Hace ver a la periodista que aún se vale por sí misma y cuenta que se ducha sola y aún cose. "Todavía puedo enhebrar cuatro agujas seguidas de hilo blanco --dice orgullosa--. Se me rompió el forro de un abrigo y me lo arreglé yo".

Viuda desde hace treinta años y sin hijos, esta maestra ha convertido la residencia de válidos de la avenida de Cervantes en su hogar. No en vano lleva 32 años viviendo en el centro. "Me tratan muy bien, estoy como en mi casa". Ayudada por un andador, "estoy muy bien, pero a veces me canso", se levanta de la mesa donde apura su último bocado de empanadilla --el hogar de Cervantes ha invitado a unos aperitivos a los internos de la residencia-- para acudir al lugar del homenaje.

De las manos del subdelegado del Gobierno, Fernando Solís, recoge una placa conmemorativa por su longevidad. Anastasio Pérez, de 86 años, recibe una similar por ser el socio del hogar de más edad.

Como colofón, los ganadores de los últimos concursos celebrados en el centro reciben su trofeo: Antonio Centeno y Luis Iglesias (dominó), Luis Leonisio (billar) y Manuel López y Antonio Machacón (tute). Para terminar, la comida pagada con las ganancias del búho --nombre con el que se conoce en los hogares de mayores el bingo--, explica el presidente, Antonio Machacón. El hogar, centro de esparcimiento para los mayores, tiene 4.500 socios.

Entre el bullicio de las decenas de socios que esperan impacientes sentarse a la mesa y dar cuenta de la comida que empieza a enfriarse ya en los platos, Anatolia Francés consigue hacer llegar su agradecimiento con el aplomo que dan 102 años y 7 meses de vida.