Cariño y admiración son los dos sentimientos más fuertes que los caurienses mostraron ayer durante el acto de ordenación de Francisco Cerro Chaves, un evento que tuvo como protagonista el intenso calor que provocó que 10 personas tuvieran que ser atendidas a consecuencia de sufrir una lipotimia, según Antonio Romero, voluntario de Cruz Roja.

Coria entera se volcó en acompañar al que desde ayer ya es el nuevo obispo de la diócesis. Cualquier reto era pequeño con tal de poder verle y darle la mano. No todos pudieron hacerlo, pero quién sí tuvo la suerte fue Patricia Sánchez, vecina de Torrejoncillo que se trasladó a Coria una hora antes del evento. "He logrado saludarle personalmente, estoy muy contenta y merece la pena pasar este calor por nuestro obispo, pienso que será bueno, transmite paz", afirmó.

El acto de ayer se convirtió en uno de los eventos que más interés ha suscitado desde los últimos 15 años en la historia de Coria. "No recuerdo nada igual desde que Don Ciriaco Benavente se ordenó obispo en 1992, aunque el acto de ayer tuvo más repercusión", comentó Francisco Martín, presidente de la Cofradía Virgen de Argeme de Coria. De hecho, el acto congregó a casi 5.000 personas, según Jesús Moreno, delegado diocesano de medios de comunicación. La gran expectación suscitada hizo complicado encontrar un sitio en la sombra, mientras que en el sol solo los más valientes optaron por sentarse, eso sí, con paraguas en mano y protegidos por las 3.000 gorras que repartió la organización y aliviados por 2.160 botellas de agua.

De gala

La ocasión merecía ponerse de gala. Para ello actuó la Coral cauriense y el Coro Joven de Valladolid. Además, los caurienses se volcaron con su obispo adornando los balcones de sus casas. "Yo vivo en la calle del Cuerno y los vecinos hemos engalanado toda la calle", afirmó Natividad Ramos, vecina de Coria, que aprovechó para hacer una petición. "Me gustaría que el obispo pasara más tiempo aquí", señaló.

Coria entera se puso de gala, una labor lograda con el esfuerzo de todos los trabajadores del Ayuntamiento de Coria, asociaciones, párrocos locales, la Cofradía de la Virgen de Argeme y un total de 200 voluntarios que durante varias semanas han trabajado duro para transformar un casco histórico en un escenario de primera. En total se pusieron 24 banderolas y banderas y 2.000 plantas. Toda colaboración era poca y por eso se contó con el trabajo de 22 miembros de Cruz Roja, 15 de Protección Civil y nueve agentes de la Policía Local. Además, se requirió el servicio de cuatro miembros de seguridad de una empresa cacereña.

Alcántara, Valladolid, Cáceres y Malpartida de Cáceres son algunos de los lugares desde donde se trasladaron decenas de autobuses con miles de devotos para apoyar a Cerro Chaves. El evento también fue una muestra del cariño que muchos fieles aún le guardan a Ciriaco Benavente y que le expresaron con continuos aplausos a su paso. La repercusión mediática no fue menos, 40 medios de comunicación acreditados de España, Portugal y Londres, según Nacho Sierra, miembro de la organización.